Los buffets libres en hoteles con modalidad todo incluido son una de las ofertas más atractivas para los turistas, quienes pueden disfrutar de comida y bebida ilimitadas. Aunque a primera vista podría parecer una práctica no rentable para los hoteles, en realidad, estos establecimientos han desarrollado estrategias efectivas para maximizar sus ganancias y minimizar las pérdidas, utilizando métodos ingeniosos como el denominado «tercer día».
El Truco del «Tercer Día»
Según estudios de comportamiento analizados por expertos en marketing y reportados por el diario 20 Minutos, los huéspedes en hoteles todo incluido tienden a consumir excesivamente durante los primeros dos días. Sin embargo, esta tendencia cambia drásticamente al llegar al tercer día, donde la emoción inicial disminuye y los huéspedes optan por una actitud más moderada, seleccionando opciones más saludables y sustituyendo bebidas alcohólicas por agua y refrescos.
Un director corporativo de bares de una cadena hotelera explica que la moderación surge naturalmente, ya que los clientes no mantienen un consumo excesivo durante toda su estancia. Así, los hoteles pueden calcular la media de consumo y ajustar sus provisiones y ofertas en consecuencia.
Estrategias Adicionales en la Disposición del Buffet
Además del «tercer día», los hoteles implementan otras estrategias para controlar el costo y el consumo en los buffets. Una táctica común es la disposición de los alimentos, colocando productos más económicos en las primeras filas, que son más accesibles y visibles para los huéspedes, incentivando su elección. Esta disposición se complementa con el uso de platos más pequeños, que dan la impresión de porciones más generosas, reduciendo así la cantidad de comida que los huéspedes se sirven.
Cultura y Humor en los Buffets
El fenómeno del buffet libre también ha sido objeto de humor y análisis cultural. Jon Uriarte, en el programa ‘Herrera en COPE’, mencionó un chiste de JJ Vaquero sobre las tácticas de los huéspedes para hacer que su experiencia en el buffet parezca más exclusiva, como introducir productos externos para causar impresión. Además, Uriarte y sus colaboradores describen tipos de personas en el buffet, desde «observadores» que examinan qué y cómo comen los demás, hasta aquellos que preguntan directamente dónde se encontraron ciertos alimentos.
A través de estas estrategias, los hoteles con buffets libres y todo incluido no solo consiguen controlar sus costos efectivamente, sino que también crean un ambiente que, a pesar de ofrecer «libertad» en el consumo, sigue siendo económicamente viable y sustentable para el negocio hotelero. Estas prácticas revelan un equilibrio entre generosidad y gestión astuta, esencial para la rentabilidad en la industria de la hospitalidad.