Carlos Cuerpo y Scott Bessent celebran un encuentro marcado por los aranceles, el gasto militar y la digitalización fiscal
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott K. H. Bessent, trasladó este martes al ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, dos exigencias clave del Gobierno estadounidense: un aumento del gasto en Defensa por parte de España y la eliminación del impuesto sobre servicios digitales, conocido como tasa Google.
La reunión tuvo lugar en Washington, en un momento marcado por las crecientes tensiones comerciales entre la Unión Europea y la Administración Trump, derivadas de la nueva política arancelaria estadounidense. Estas medidas amenazan con abrir una guerra comercial a gran escala si no se alcanza un acuerdo antes del verano.
Un mensaje directo: gasto en OTAN y eliminación de barreras fiscales
Según informó el Departamento del Tesoro estadounidense en un comunicado oficial, durante el encuentro Bessent destacó “la necesidad de un mayor esfuerzo presupuestario de España en el marco de la OTAN”, alineándose así con las reiteradas peticiones de Washington a los países aliados en materia de defensa.
Además, el secretario del Tesoro reiteró “la oposición continuada de Estados Unidos al impuesto digital español”, así como a “otras barreras no arancelarias” que afectan a empresas tecnológicas norteamericanas. Estas medidas han sido calificadas en ocasiones por la Casa Blanca como discriminatorias y contrarias a los principios del libre comercio.
Cuerpo insiste en el diálogo y la voluntad de acuerdo
Por su parte, el ministro Carlos Cuerpo enmarcó su visita en la agenda de relaciones bilaterales con uno de los mayores socios comerciales de España. Además del encuentro con Bessent, Cuerpo mantuvo reuniones con empresarios estadounidenses en la Cámara de Comercio y con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga.
Al término del encuentro, el titular español de Economía aseguró que el mensaje principal fue que “Estados Unidos quiere negociar con sus socios estratégicos, incluida la Unión Europea”. También señaló que “existe una puerta abierta al entendimiento”, mencionando la moratoria de 90 días impulsada la semana pasada como un gesto claro de desescalada.
“Ha sido una conversación franca, abierta y muy útil para seguir reforzando una cooperación basada en intereses compartidos”, expresó Cuerpo.
China en el trasfondo del debate global
Aunque no se abordó de forma directa, también estuvo presente en el diálogo el tema de las relaciones con China. El ministro español reconoció que se trató de forma general “la posición de Estados Unidos, de España y de la Unión Europea respecto a algunos de los principales actores económicos internacionales”, incluyendo a Pekín.
Esto se produce tras unas declaraciones recientes de Bessent en las que advirtió que un mayor acercamiento de Europa a China sería “cortarse el cuello”, en referencia a la creciente influencia económica del gigante asiático y a su papel en el comercio global.
Escalada comercial inminente si no hay acuerdo antes del verano
Este nuevo contacto entre ambos gobiernos se produce apenas un día después del encuentro entre el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, y altos funcionarios de la Administración Trump. La Comisión Europea busca frenar los aranceles masivos anunciados por Washington, que amenazan con afectar de lleno a sectores clave del comercio transatlántico, como el agroalimentario, el automovilístico o el tecnológico.
Desde Bruselas se trabaja contrarreloj para alcanzar un acuerdo antes del verano que evite una nueva guerra comercial, con implicaciones directas para países como España, especialmente por el impacto que podría tener sobre productos como el vino, el aceite o el queso manchego, altamente dependientes de la exportación a mercados estadounidenses.
Una relación estratégica sometida a tensión
La reunión entre Bessent y Cuerpo reafirma la importancia de las relaciones económicas transatlánticas, pero también pone de manifiesto las diferencias estructurales en fiscalidad, defensa y regulación tecnológica que podrían tensionar aún más el escenario global si no se canalizan por vías diplomáticas.