España supera el récord de pisos turísticos de antes del covid: 270.000 ‘airbnbs’ y aún en temporada baja

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La recuperación del turismo tras el desplome provocado por la pandemia ya es total y ahora el sector se encamina hacia nuevos récords de demanda, de actividad y también de precios en España. Un boom poscovid al que también se ha apuntado el gran negocio del alquiler de viviendas turísticas, que ya registra niveles de oferta de pisos por encima de los récords prepandemia en lo que va de año.

En los primeros meses de este año el parque de pisos turísticos anunciados en las grandes plataformas online en toda España ha rebasado ya el volumen que había en 2019, con casi 259.400 viviendas en alquiler en enero, más de 246.100 en febrero y 269.600 en marzo, según los datos de la consultora especializada AirDNA, que analiza de manera permanente la evolución de los anuncios de los gigantes Airbnb y Vrbo/Expedia en todo el mundo, la ocupación de los pisos y sus precios.

En marzo, un mes aún de temporada baja turística, se rozan ya los 270.000 pisos turísticos, tras sumar 27.300 en relación al mismo mes del año pasado (unas 75 adicionales cada día) y superar ligeramente los datos de 2019, con apenas 400 viviendas de uso turístico (VUT) más que entonces.

La oferta de pisos no es la misma cada mes del año, va cambiando en función de la demanda dependiendo de si es temporada alta o no. Tradicionalmente se alcanzan los mayores volúmenes de pisos turísticos ofertados en los meses de julio y agosto.

La serie estadística de AirDNA sobre la oferta de VUT en toda España, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, muestra que fue en agosto de 2019 cuando se registró una mayor oferta de pisos turísticos, con un total de 357.700. Si se mantiene la tendencia de los primeros meses del año, este verano previsiblemente se rebasará ese récord histórico.

Vuelta al alquiler turístico tras el covid

Durante el parón de actividad provocado por la pandemia, una parte de la oferta de inmuebles abandonó el alquiler vacacional para pasarse al alquiler de temporada (de menos de un año) o, en menor medida, al alquiler de larga estancia. «La oferta de vivienda turística es mucho más flexible que los hoteles, ya que los propietarios pueden optar por desconectar su propiedad un mes para su uso personal o alquileres a más largo plazo, y luego volver al alquiler a corto plazo cuando el mercado sea más rentable, por ejemplo en temporada alta», explican fuentes de AirDNA.

Desde el sector del alquiler turístico se reconoce que la reactivación de la demanda de viajes tras el covid está haciendo que una parte de los que salieron estén regresando a la actividad y también está atrayendo a nuevos propietarios.

“Hay viviendas que salieron del alquiler vacacional con la pandemia y que ahora están volviendo. No es que estén creciendo como setas”, sostiene Miguel Ángel Sotillos, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), que agrupa a las patronales regionales de los dueños de pisos turísticos de todo el país. Los pisos turísticos concentran poco más de un 1% del total de viviendas del mercado españaol, así que “no parece razonable acusar a las viviendas de uso turístico de la falta de vivienda total y de la subida de los precios medios del alquiler”, responde las críticas que suscita la proliferación de VUT en algunas zonas.

Según los datos de AirDNA correspondientes a marzo, Málaga es la provincia con mayor cantidad de pisos turísticos, con 33.130 viviendas, un 17% más que antes de la pandemia. Las siguientes provincias con una mayor oferta de pisos turísticos aún no han recuperado totalmente el volumen previo a la pandemia: Alicante, con 25.772 VUT, aún un 8% menos que los niveles precovid; Las Palmas, con casi 21.000, un 2% menos que en 2019; Santa Cruz de Tenerife, con 18.165, un 1% menos; y Baleares, con 18.300 viviendas, un 25% menos por la nueva normativa más restrictiva.

Los grandes destinos turísticos costeros y de islas superan la oferta de las grandes urbes españolas. En la provincia de Barcelona había en marzo 13.100 anuncios de VUT activos, un 30% menos que antes del covid, y en Madrid se ofrecían algo menos de 12.800 pisos en alquiler turístico, empatando con los datos prepandemia. Los destinos que más han aumentado su parque de viviendas de uso turístico han sido aquellas provincias que se popularizaron durante la pandemia: Lugo (+90%), Pontevedra (+68%), Ourense (+67%) y Vizcaya (+67%) y A Coruña (+40%).

El lobby del turismo y la Ley de Vivienda

Las grandes empresas turísticas españolas llevan meses metiendo presión al Gobierno para activar una regulación real contra la proliferación de la oferta de pisos turísticos ilegales. En sucesivos contactos con el Ejecutivo han venido reclamando una legislación estatal que sirva para hacer cumplir las normativas de comunidades autónomas y ayuntamientos que de facto no se cumplen para poner coto al nuevo boom de VUT. Exceltur, el lobby que agrupa a una treintena de las mayores compañías del sector (entre ellas, grandes hoteleras como Meliá, NH, Riu, Iberostar o Palladium), ha estado presionando para que el Gobierno aprovechara la Ley de Vivienda para frenar la proliferación de oferta ilegal.

Los grandes del turismo alertan de que la propuesta de normativa pactada por los socios del Ejecutivo de coalición (PSOE y Unidas Podemos) con ERC y EH Bildu no haga mención alguna al alquiler turístico, y alerta de las consecuencias de que el texto salga así adelante. Desde el lobby de los grandes del sector turístico se alerta de que la futura Ley de Vivienda puede suponer una conversión masiva de pisos ahora en alquiler hacia el negocio turístico por el tope a las subidas de precios del alquiler tradicional que pretende establecer la normativa para viviendas en zonas que consideren tensionadas.

Desde Fevitur se rechaza las advertencias del lobby de los grandes del sector turístico. “No se puede producir un trasvase masivo, hay normativas municipales que cumplir y que lo impiden”, apunta el presidente de la asociación de asociaciones, Miguel Ángel Sotillos, sobre los límites de oferta que se imponen por parte de muchos ayuntamientos para poner coto a la expansión de los pisos turísticos.