El magnate sudafricano anuncia su salida de la Administración Trump un día después de expresar su decepción con el nuevo plan fiscal que, según él, agrava el déficit en lugar de reducirlo.
Un final abrupto tras tensiones crecientes
Elon Musk ha anunciado su salida como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) apenas unos meses después de haber asumido este controvertido rol dentro del gabinete del presidente Donald Trump. Lo ha hecho a través de su red social X, donde agradeció la oportunidad de contribuir al recorte del gasto público, al tiempo que señaló que su tiempo como “empleado especial del Gobierno” ha concluido.
La renuncia se produce tras expresar públicamente su desacuerdo con el nuevo proyecto de reforma fiscal impulsado por Trump, al que Musk acusa de incrementar el déficit presupuestario en lugar de reducirlo, algo que, según sus palabras, pone en entredicho su labor al frente del DOGE.
Críticas al plan fiscal y desacuerdo con Trump
El anuncio llega un día después de que Musk concediera una entrevista a CBS en la que se mostró claramente decepcionado con el nuevo plan fiscal del Ejecutivo. El empresario considera que se trata de un proyecto excesivamente expansivo, que extiende los recortes fiscales de 2017 pero incrementa el gasto en defensa y migración, lo que provocaría un aumento del déficit federal.
“Me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario, no lo reduce”, declaró Musk.
Trump, por su parte, restó importancia a las críticas del empresario, argumentando que “no podemos estar recortando, necesitamos conseguir mucho apoyo”, en referencia al difícil proceso legislativo y a la estrecha aprobación en la Cámara de Representantes, donde el texto pasó por tan solo un voto de diferencia.
El controvertido paso de Musk por el DOGE
La gestión de Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental ha estado marcada por la controversia desde su creación. El DOGE se convirtió en una de las herramientas más radicales del nuevo mandato de Trump, y en sus primeras semanas se saldó con el despido de miles de funcionarios y la reducción de programas internacionales de ayuda.
Aunque inicialmente Musk defendía el proyecto como una vía para racionalizar el gasto público, su relación con la Casa Blanca se fue deteriorando tras los primeros recortes. En abril, coincidiendo con la caída del 71% en beneficios de Tesla, el magnate anunció que reduciría su implicación como asesor presidencial, un primer paso hacia la desvinculación que ahora se consuma.
Confirmación oficial de su salida
Fuentes de la Administración Trump, citadas por medios estadounidenses, han confirmado que la salida de Musk se hará efectiva en la noche del miércoles, lo que marcará la primera baja relevante del nuevo mandato de Trump en su entorno de confianza.
Pese a la ruptura, Musk ha insistido en que el proyecto del DOGE “se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el Gobierno”, dejando la puerta abierta a que su legado se mantenga en la estructura administrativa del Ejecutivo.
Una relación que pasó de la sintonía a la ruptura
Lo que comenzó como una colaboración simbiótica entre dos de las figuras más polémicas del panorama político y empresarial estadounidense, ha terminado en alejamiento y desencuentro. Musk, que inicialmente vio en Trump una oportunidad para impulsar sus ideas de eficiencia radical, no ha logrado encajar en la dinámica política del nuevo mandato presidencial.
Su salida del DOGE, además de marcar un punto de inflexión en la estrategia de recortes del Gobierno, vuelve a alejar a Musk de la primera línea política, en un momento complicado también en el plano empresarial.
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