El multimillonario Elon Musk confirmó esta madrugada a través de Twitter la compra de esa red social con un critico mensaje muy a su manera: «El pájaro ha sido liberado». Tras concretar el acuerdo de compra por 44.000 millones de dólares y hacerse con el control de la empresa en vísperas de la fecha límite dada por un tribunal estadounidense para evitar ir a juicio, el magnate publicó este mensaje en la red social haciendo referencia al pájaro azul que ésta tiene como logo.
Según algunos de los principales medios de prensa de Estados Unidos, la primera medida de Musk tras hacerse con las riendas de la empresa ha sido despedir a algunos de sus máximos directivos, entre ellos el consejero delegado, Parag Agrawal; el director financiero, Ned Segal, y la máxima responsable de políticas y asuntos legales, Vijaya Gadde. Antes de cerrar la adquisición, el propietario de Tesla y SpaceX se presentó en la sede de Twitter, el miércoles, con una gran sonrisa y cargando un lavabo de porcelana, una escena que luego publicó en un tuit junto a la frase: «Deja que se hunda».
Musk también ha cambiado su descripción en su perfil de Twitter y se ha puesto «Jefe Tuitero». Cuando quedaban poco más de 24 horas para que expirara el plazo que le había dado una jueza para abrir un proceso si no se formalizaba la compra de la red social, Musk había confirmado que iba a comprar la empresa «por el futuro de la civilización».
«Es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común donde pueda debatirse de manera sana un amplio espectro de creencias», escribió en un mensaje a los anunciantes en Twitter, al tiempo que adelantó que la publicidad tendrá un lugar relevante en la red en adelante.
Según medios de prensa, Musk tiene planes para deshacerse del 75% de la plantilla que trabaja en Twitter, que actualmente asciende a unas 7.500 personas, hasta dejarla en unos 2.000 trabajadores. Pese al menos control del tráfico de mensajes que esto pudiera suponer, el magnate ha dicho que su visión de Twitter es que «no puede convertirse en un infierno gratis para todos, donde puede decirse cualquier cosa sin consecuencias», sino que debe «respetar las leyes».