Elevan a más de 30 años la condena al excura que abusó de menores en Ciudad Real

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El Alto Tribunal castellano-manchego ha considerado que el exsacerdote merece un mayor castigo, porque era el educador y responsable de velar por los menores que estudiaban en el seminario.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) ha revocado parcialmente la sentencia de la Audiencia Provincial de Ciudad Real que condenaba al exsacerdote Pedro J.A. a 22 años y ocho meses de prisión, por abusar de varios menores en un seminario, y la eleva a más de 30 años.

La Fiscalía Provincial de Ciudad Real había presentado un recurso contra la sentencia que dictó, el pasado mes de enero, la Sección Primera de la Audiencia Provincial ciudadrealeña, en la que condeno al exsacerdote a 22 años de prisión por los abusos que habían sufrido nueve niños de entre 11 y 14 años que estudiaban en el seminario diocesano de Ciudad Real.

En la sentencia del TSJCM, a la que ha tenido acceso Efe, el Alto Tribunal castellano-manchego ha considerado que el exsacerdote merece un mayor castigo, porque era el educador y responsable de velar por los menores que estudiaban en el seminario.

En cambio, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha lo ha absuelto de dos conductas por las que fue condenado por la Audiencia de Ciudad Real, al entender que el testimonio fue dudoso.

El abogado Rodrigo García, que durante el juicio ejerció la acusación de varias de las familias de los menores, ha explicado a Efe que la sala ha entendido que debía imponer penas mayores por varios menores, al entender que el condenado era «cuidador y responsable» de los niños en el seminario, lo que ahora eleva las penas impuestas en primera instancia.

García ha asegurado que está «muy satisfecho» con esta sentencia, porque «reconoce el testimonio de los niños» y por el hecho de que «la agrave de forma general las penas, generan un sentimiento de justicia».

Antes del proceso judicial, en 2016 el Tribunal Eclesiástico dictaminó una sentencia canónica que impuso al exsacerdote una medida de reclusión en un monasterio por cinco años, con asistencia espiritual y psicológica, que el acusado no aceptó al mantener su inocencia.

Esta circunstancia acabó con la decisión del papa Francisco de apartarlo del ejercicio del sacerdocio, después de que el caso saltara a la luz por una denuncia que había interpuesto el anterior obispo de Ciudad Real, Antonio Algora.

En diciembre de 2019, en el último día del juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Ciudad Real y en declaraciones a los medios de comunicación, Pedro J.A.mantuvo que era inocente de los hechos por los que fue juzgado y aseguró entonces que si se había equivocado en algo, jamás había sido en las «calificaciones que se estaban intentando hacer».

El exsacerdote defendió entonces que era una víctima del ambiente de abusos que se producen en la Iglesia, en el que se ha visto implicado por estar con menores en un seminario, y sostuvo que «ante cualquier indicio se dice que hay un caso de abusos, cuando nunca lo ha habido».