El verano se despide pasado por agua: los expertos prevén la llegada de varias DANAs la próxima semana

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En el último tiempo se ha comenzado a escuchar con mucha frecuencia el término DANA. En algunas zonas de España ha empezado incluso a temerse este término cuando en el telediario dicen que se acerca una DANA porque se asocia en muchas ocasiones con grandes lluvias. Sin embargo ¿Se conoce que es exactamente es una DANA? ¿Qué la provoca? ¿Qué consecuencias acarrea? ¿Cómo predecirlas?

Algunas de estas preguntas son complicadas de contestar incluso para los meteorólogos pero desde 1985 – cuando se creó el PREVIMET, un plan para alertar de la posibilidad de lluvias torrenciales – existen varios mecanismos que alertan de los temporales otoñales que riegan el país de imágenes de inundaciones o riadas.

¿Qué es una DANA?

Antes de que cunda el pánico cada vez que se escucha este término hay que conocer qué es exactamente es. DANA es el acrónimo de depresión (baja o borrasca) aislada en niveles altos. Básicamente es un seno cerrado de bajas presiones que se inicia en altura (9.000-11.000 metros) al separarse de la circulación general atmosférica de los oestes, condicionada por un chorro intenso, sin tener, inicialmente, un reflejo en superficie.

Según Francisco Martín León meteorólogo de Meteored y coordinador de la Revista del Aficionado a la Meteorología de Tiempo.com (RAM) una DANA “no tiene porqué llevar asociadas las fuertes precipitaciones” a las que estamos acostumbrados a asociarlas. De hecho, Martín ha matizado que “en muchas ocasiones tenemos DANAS sobre la superficie del Mediterráneo de las que no somos conscientes dado que no conllevan consecuencias”.

Entonces ¿Por qué se asocia la DANA a las fuertes precipitaciones?

Martín ha querido hacer hincapié en dos términos Dana y gota fría. La gota fría sí que lleva asociada consigo las fuertes precipitaciones que incluso han llegado a causar fallecidos en España –como el caso de Alicante y Murcia en 2019 en el que fallecieron 5 personas a causa del temporal que desbordó el río Segura-.

En los últimos años se ha tendido a utilizar el término DANA como un sinónimo de gota fría cuando no son el mismo concepto meteorológico. Aunque el coordinador de la RAM también le ha quitado hierro al asunto: “Aunque pueda producir confusión o ambigüedad, la gente quiere conocer los efectos que estos términos tendrán en sus localidades”.

¿Cómo puede producir una DANA fuertes precipitaciones?

Aquí entra el término “director de orquesta”. La DANA actúa como una cerilla que enciende la mecha de las precipitaciones. La Península Ibérica, con el Mediterráneo actuando como un mar cálido que contrasta con las bajas presiones y la DANA que a su vez esconde dentro corrientes de chorro, producen esas fuertes precipitaciones.

Estas situaciones se dan preferentemente en periodos de transición entre estaciones como, por ejemplo, en verano-otoño. Pero cada vez con más frecuencia las danas se producen en otras épocas del año. Cuando una DANA es capaz de poner de acuerdo a los ingredientes para la convección y tormentas (inestabilidad, humedad y ascensos), entonces “deberemos estar atentos a la evolución de la atmósfera” según Martín.

¿Afecta aquí el cambio climático?

Por supuesto. De hecho según el último Informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático), publicado en 2013, el clima se volverá más extremo. En el Mediterráneo empieza a advertirse una mayor frecuencia y magnitud tanto de los periodos sequías, como los de lluvias torrenciales.

José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored ha explicado que los dos factores ligados al cambio climático que pueden provocar fuertes tormentas son: “El progresivo calentamiento de las aguas superficiales del Mediterráneo y los cambios en la circulación atmosférica a escala regional”.

La pérdida de hielo del Ártico provoca una mayor ondulación y ralentización en el chorro polar (jet stream), lo que a su vez facilita la formación de más danas en España. Las danas por sí mismas no generan temporales mediterráneos otoñales, pero “al descolgarse en mayor número, aumentan las probabilidades de la gestación de episodios de lluvias torrenciales” según explica Viñas.

Con toda esta información solo queda una pregunta por resolver…

¿Se inundará mi zona este año?

Es difícil de contestar, casi imposible. Según José Antonio Maldonado, director de Meteorología “Los pronósticos a tan largo plazo – tres meses – tienen poca fiabilidad”. Por mucho que desde 1985 existan planes para predecir y poder anticiparse a ciertos fenómenos, todavía no existen los mecanismos que hagan predicciones fiables a más de 7 días.

Lo único que ha podido predecir sobre los meses de otoño Maldonado es que en cuanto a las precipitaciones: se espera normalidad en Galicia, Castilla y León,Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, Cataluña, norte de Extremadura y Baleares y serán inferiores a las normales en el resto de la Península y Canarias.

También se espera que a lo largo de la próxima semana (entre el 14 y el 20) se puedan dar varias danas. Los mapas presentan días con ambiente más caluroso de lo normal en parte de la mitad septentrional y del este de la Península y en Baleares. Solo en el suroeste y en Canarias parece que estarán próximas al promedio. En cuanto a precipitaciones, esos siete días se prevén más húmedos de lo normal, con lluvias bastante por encima del promedio en el Cantábrico oriental.

Del 21 de Septiembre al 4 de octubre las temperaturas estarán dentro de lo normal o ligeramente por encima de las mismas y las lluvias afectarán principalmente a las regiones mediterráneas, Galicia y el resto de la vertiente cantábrica.

Ya la predicciones a más largo plazo empiezan a perder fiabilidad, pero según Maldonado entre el 5 y el 12 de octubre “parece que octubre comenzará con escasez de precipitaciones salvo casos muy puntuales en el litoral mediterráneo y las temperaturas podrían estar próximas a la media o ligeramente por debajo en la mitad norte peninsular. En el resto rondarán el promedio o estarán ligeramente por encima”./Andrea P. Pardo