El tercer trimestre del año se ha iniciado con mejores perspectivas para el Port de Barcelona que registra una leve recuperación en todos sus tráficos, pero su presidenta Mercè Conesa, advierte de que hay que gestionar bien los rebrotes de la pandemia y evitar que se paralice la actividad económica.
En el balance del primer semestre del año, Conesa ha destacado que la gestión de la pandemia y de los futuros brotes que puedan producirse debe ser «el mínimo invasiva posible» para que todos los sectores puedan seguir con su actividad, aunque sea más reducida. De hecho, con la situación actual, el Port de Barcelona no recuperaría su nivel de tráficos precovid-19 hasta dentro de tres años.
En lo que llevamos de año, los contenedores llenos de exportación sólo han sufrido un descenso del 3% en comparación con el mismo periodo de 2019, cifra que se puede considerar positiva en el escenario actual de crisis internacional porque demuestra la resiliencia de la industria del país, tal y como lo han destacado Conesa, y el director general, José Alberto Carbonell.
Este último ha informado de que las importaciones han sufrido un descenso del 15%, y la caída más pronunciada del 31% ha sido de tráficos con especial incidencia en los automóviles y los pasajeros, ambos especialmente afectador por la paralización obligatoria de las actividades industriales y de los cruceros durante el estado de alarma.
Respecto a estos últimos, la presidenta Mercè Conesa no ha puesto fecha para que se retome la llegada de cruceros al Port de Barcelona. Ha concretado que se está trabajando con todos los actores implicados para desarrollar unos protocolos de seguridad y que están expectantes sobre cómo retoman la actividad otros países del área mediterránea.
Algunas de las medidas diseñadas por las navieras son: menor capacidad de los barcos (máximo del 70% de ocupación); limitaciones en las excursiones y destinos; eliminación de bufetes libres; incremento de recursos médicos y de seguridad; y establecimiento de puertos seguros para la recepción de los cruceristas.
En este sentido, José Alberto Carbonell ha expuesto que en Italia y Grecia se está trabajando para poder reabrir algunas líneas a finales de agosto y principios de septiembre.
En el primer semestre del año, con el cierre de la actividad portuaria, se ha producido un descenso del 77,1% (426.788 pasajeros), con especial incidencia en los cruceristas que caen el 84,4%. Conesa ha recordado que la paralización del sector crucerístico tendrá un impacto de 11 millones de euros en la cuenta de resultados de la institución y de 1.000 millones en el caso de la ciudad de Barcelona.
Las cuentas portuarias
Respecto al negocio del Port de Barcelona, el primer semestre del año se ha saldado con un beneficio de 12,5 millones, lo que supone una caída del 39% respecto al mismo período de 2019.
Ello pronostica que el conjunto del año se podría cerrar en positivo pero con una caída de dos dígitos en las ganancias, según ha admitido Conesa.
No obstante, ha insistido en que el Port mantiene su política de inversión, con una cifra de 70 millones de euros para este año, para mejora y ampliación de las instalaciones portuarias y ha anunciado que antes de finales de año esperan aprobar el nuevo plan estratégico 2021-2015, en el que la digitalización y la sostenibilidad son elementos clave para el futuro del Port de Barcelona.