fútbol une a un grupo de refugiados africanos asentados en Trípoli (Libia) que juegan todos los viernes. Se acerca la Copa África y el fútbol hace a estos refugiados sentirse un poco más cerca de casa. Este grupo ha conseguido que muchas personas vayan a verlos jugar al fútbol.
Los partidos que organizan los refugiados en la capital de Libia son mucho más que fútbol, el fútbol les une y la pelota rueda en un campo de arena todos los viernes. «Los jóvenes vienen a divertirse y nadie les molesta, eso es algo bueno. Juegan los viernes, porque para ellos es festivo y proceden de muchos países», afirman los aficionados que acuden a ver los partidos.
Refugiados unidos por el fútbol
Los integrantes y espectadores vienen desde muchos puntos de África, desde Mali, Senegal, Nigeria, Costa de Marfil, Burkina Faso, etc. Son muchos los países los representados en un partido que une fronteras. El fútbol se ha convertido en el campo de refugiados de Trípoli en un deporte conciliador, aunque solo hay hombres.
La próxima semana se celebrará la Copa África, y desde el campo de refugiados esperan que se desarrolle sin ningún tipo de problemas. Los refugiados mandan una petición para el mantenimiento y organización de sus partidos. «Este patio necesita mantenimiento y organización. Todos los jóvenes vienen a verlo, aman el fútbol, y el fútbol africano es muy conocido», exigen desde el campo de refugiados.
Preocupación por la vacunación de cara a la Copa África
La Copa África comenzará el 9 de enero en su sede, Camerún. Existe una gran preocupación debido a la evolución de la vacunación en el país africano. El organizador del mayor evento de fútbol africano dispone solo del 3% de su población vacunada contra el coronavirus. Camerún se encuentra entre los últimos puestos de vacunación en África, solo supera a la República Democrática del Congo, con menos de un 1% de inmunizados.
Ahora Camerún, de 26 millones de habitantes, debe afrontar la gran responsabilidad de ser la sede de la Copa África desde el 9 de enero hasta el 6 de febrero.