El brote de coronavirus que se ha originado en la prisión toledana de Ocaña I afecta, hasta este jueves 11 de marzo, a 35 internos además de dos funcionarios que están en cuarentena.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias y de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha han comunicado estos datos actualizados respecto al brote que se originó la semana pasada en este centro penitenciario que tiene unos 300 internos.
En un comunicado de prensa, la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) ha explicado que el primer caso se detectó el 2 de marzo, cuando un interno que iba a salir en libertad empezó a manifestar síntomas compatibles con la covid-19 y, al realizarle la correspondiente prueba, dio positivo.
Acaip ha criticado que «pese a la gravedad del brote, los trabajadores que han estado en contacto directo con los internos de ese módulo se ven atrapados en un ‘limbo’ administrativo» y ha denunciado que debido a este brote se ha suspendido la vacunación de los trabajadores menores de 55 años.
Además, no hay fecha prevista para vacunar a los trabajadores mayores de 55 años, que representan casi un tercio de la plantilla.
Por otra parte, Acaip-UGT ha pedido a la Consejería de Sanidad que se administre la vacuna de la covid-19 a los trabajadores de las prisiones ciudadrealeñas de Herrera de La Mancha y Alcázar de San Juan, mayores de 56 años, que se han quedado sin vacunar.
La semana pasada fueron vacunados 107 trabajadores de Herrera de la Mancha y 51 de Alcázar de San Juan junto a otros colectivos que trabajan en el centro y no son empleados públicos, pero aún quedan por vacunarse 120 y 34 trabajadores, respectivamente, en cada uno de los centros mencionados.