El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, prevé que la economía de la zona del euro volverá a finales de 2022 al nivel que tenía a la conclusión de 2019. El banquero irlandés ha enfriado las expectativas ante los prometedores datos económicos que se han publicado recientemente, pronosticando una mejora de la economía más pausada.
En un discurso en el seminario web «Food for Thought» organizado por Frankfurt Main Finance, Lane se ha referido a los buenos datos económicos que se han publicado recientemente, coincidiendo con la reapertura de las economías europeas. Tanto los indicadores adelantados de actividad como el IFO de confianza empresarial en Alemania ha rebotado con fuerza en junio, abriendo la puerta a una recuperación fuerte de la economía los próximos meses.
La «mejora sustancial» en los indicadores a corto plazo son normal dada la profundidad de la contracción, pero no son una buena guía para el futuro, «la actividad se mantendría muy por debajo de los niveles previos a la crisis durante un período prolongado», ha explicado.
«Se espera que el proceso vaya a ser bastante gradual, ya que llevará tiempo a los consumidores y empresas recuperarse del impacto», aludiendo a que algunos hogares han perdido ingresos y otros ahorran de forma preventiva, notándose en el consumo. La débil demanda, las restricciones a los suministros y el distanciamiento social impiden la normalización de la actividad económica, según el economista jefe del BCE.
Lane ha ofrecido en su intervención previsiones económicas, destacando que la economía de la zona euro no se recuperara hasta finales de 2022. El BCE actualizó sus perspectivas en su última reunión de principio de mes. Su escenario central contempla que el PIB caiga un 8,7% en 2020 y se recupere un 5,2% en 2021 y un 3,3% en 2022, coincidiendo con la recuperación de niveles a los que cerró la economía en 2019.
El BCE, además, publicó varios escenarios alternativos. En uno de ellos incluye una ola de contagios que complicaría aún más la recuperación. En él la economía podría llegar a sufrir un desplome de hasta el 12,6% en 2020, con apenas una recuperación del 3,3% del crecimiento en 2021 y del 3,8% en 2022. Este escenario contempla una segunda ola de contagios con nuevas medidas de confinamiento.
Las medidas del BCE permitirán impulsar la economía 1,3 puntos este año
Lane ha destacado que las compras de deuda y las inyecciones de liquidez que ha aprobado el BCE para afrontar los efectos de la pandemia van a impulsar 1,3 puntos porcentuales la producción de la eurozona y 0,8 puntos porcentuales la tasa de inflación interanual.
Además, calcula que las medidas de apoyo fiscal que han aprobado los Gobiernos de la zona del euro van a contribuir positivamente en 2,5 puntos porcentuales a la producción del área en 2020.
El banquero advierte que la rapidez de la recuperación depende también del diseño y el calendario de los programas de estímulo, en concreto, el resultado de las negociaciones del fondo de recuperación de la Unión Europea (UE) será «un factor importante en determinar el ritmo futuro de la economía de la zona del euro».
A comienzos de junio el BCE amplió su programa de compras de deuda de emergencia por la pandemia en 600.000 millones de euros, hasta 1,35 billones de euros, y lo prolongó hasta finales de junio de 2021.
También mejoró las condiciones de sus inyecciones de liquidez y permite a los bancos ganar dinero prácticamente sólo con pedir prestado.
La semana pasada el BCE adjudicó el récord de 1,3 billones de euros a 742 bancos de la zona del euro a tres años, a condiciones muy favorables. Los bancos pueden lograr los préstamos al -1 %, por lo que el BCE, que también acepta ahora más activos de garantía, les da dinero si prestan suficiente a la economía real, durante un año, hasta junio de 2021.
Lane ha destacado que de los 1,3 billones de euros adjudicados, la liquidez neta inyectada es de 550.000 millones de euros, el resto son refinanciaciones de operaciones anteriores.
También ha señalado que dado que los tipos de interés estaban en un nivel muy bajo antes de la pandemia y que el BCE ha suministrado mucha liquidez, el mercado de dinero se ha mostrado resistente en esta crisis a diferencia de lo que ocurrió en la última crisis financiera global, cuando los bancos rehusaron prestarse entre ellos y se dispararon los tipos de interés en este mercado.