no dejan de sorprender y crear polémica y todavía queda una semana para el pistoletazo de salida. Este viernes pudimos conocer una noticia que ha sorprendido a millones de personas, el atleta olímpico ugandés, Julius Ssekitoleko, desapareció sin dejar ningún rastro.
Varias horas después de van conociendo más detalles de lo sucedido, al parecer, Julius se fugó con la intención de empezar una nueva vida, de acuerdo a una nota encontrada en su habitación en la que dejó escrito: «Quiero trabajar en Japón«.
El deportista de tan solo 20 años lleva entrenando en Japón, concretamente en Izumisano, desde finales de junio. El viernes decidió abandonar sin aviso el hotel en el que se encontraba y a primera hora del viernes compró un billete de tren con destino a Nagoya, a unos 200 kilómetros de distancia.
«La vida en Uganda es demasiado difícil»
Ssekitoleko dejó escrito en la nota que no quería regresar a Uganda «por las difíciles condiciones de vida» del país africano. Además, el joven ugandés le pidió a sus compañeros que sus pertenencias fueran entregadas a su mujer, que se encuentra en Uganda, cuando estos vuelvan al país de origen.
De momento, nadie sabe con exactitud donde se encuentra el deportista, el viernes un representante de Uganda habló con él por teléfono pero no pudo sacar más información. Las alarmas soltaron cuando Julius no se presentó ayer por la mañana a entregar el test diario de covid-19.
Ssekitoleko iba a regresar a su país junto a su entrenador la próxima semana, según pudo afirmar en un comunicado remitido a Kyodo la jefa de la misión olímpica ugandesa, Beatrice Ayikoru. Las medidas de los Juegos de Tokio prohíben a los deportistas u otros participantes del evento desplazarse hasta ningún lugar que no sea su hotel o su lugar de entrenamiento. Además, hace unas horas se ha conocido el primer positivo en coronavirus dentro de la Villa Olímpica.