El consumo de aceite de girasol en los hogares españoles ha experimentado un notable incremento del 38% en el último año, alcanzando los 158,3 millones de litros hasta marzo, según datos recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Este aumento contrasta con la caída del 10,8% en el consumo de aceite de oliva, que sin embargo sigue siendo el preferido con 274 millones de litros consumidos.
Dinámica de Precios y Consumo
El aceite de oliva, a pesar de su alta cotización que ha visto un incremento anual del 62,8% en mayo según el Instituto Nacional de Estadística (INE), continúa siendo el «rey de la casa». Sin embargo, el aceite de girasol se ha convertido en una opción atractiva para muchos hogares debido a su precio más accesible, especialmente en un contexto de dificultades económicas. De hecho, en el primer trimestre de 2024, el precio del aceite de girasol bajó un 26,6%, haciendo que su consumo sea más factible para una mayor cantidad de consumidores.
Impacto en la Industria y la Hostelería
El crecimiento en el consumo de aceite de girasol no se debe únicamente a su competitividad en precio frente al de oliva. Juan Fernández, presidente de la Asociación Española del Girasol (AEG), destaca que la recuperación de la hostelería ha impulsado también la demanda de aceite de girasol, dada su amplia utilización en este sector.
Perspectivas de Mercado
A pesar de la menor siembra de girasol en España este año, que ha sido hasta un 9% menos según estimaciones, se espera que los rendimientos sean mejores. Sin embargo, España continúa dependiendo de las importaciones para cubrir más de la mitad de su demanda interna de aceite de girasol, lo que mantiene al país atento a las fluctuaciones del mercado internacional.
Por otro lado, el mercado del aceite de oliva está principalmente influenciado por la producción nacional, dado que España es el mayor productor mundial. Con la próxima supresión temporal del IVA al aceite de oliva entre julio y septiembre, se espera moderar el impacto del alto precio en el consumo interno.
El aumento en el consumo de aceite de girasol refleja una adaptación de los consumidores españoles ante la situación económica y las variaciones de mercado. Mientras tanto, el aceite de oliva mantiene su estatus preferencial en las cocinas españolas, aunque los consumidores buscan alternativas más económicas como el girasol para equilibrar sus gastos. Esta dinámica entre los dos tipos de aceite subraya la diversidad y adaptabilidad del mercado español de aceites comestibles.