Dos pilotos de la aerolínea Ethiopian Airlines, la aerolínea más grande de África, estaban a los mandos de un Boeing 737 cuando se quedaron dormidos en pleno viaje y se pasaron de destino para aterrizar.
El avión hacía la ruta entre Jartum (Kenia) y Addis Abeba (Etiopía). Debía iniciar el descenso cuando estaban a 37.000 pies del aeropuerto internacional de Etiopía, pero sus pilotos se quedaron dormidos cuando activaron el piloto automático. Fue el mismo piloto automático quien les despertó al desactivarse, haciendo que todas las alarmas de la aeronave comenzaran a sonar.
Según informa Aviation Herald, la torre de control trató de ponerse en contacto varias veces con el avión, pero nadie respondió. La única forma que hizo que se despertaran fue la activación de alarmas. En ese momento, los pilotos retomaron el control de la aeronave. Tardaron media hora en hacer nuevas maniobras para poder aterrizar en su destino.
Ambos pilotos habían configurado el avión para que llegase a su destino sin realizar el descenso. Si también hubiesen programado el aterrizaje, el viaje habría terminado en tragedia.
Los cinco sentidos de un piloto
Si de normal la atención mientras conducimos es muy importante, en un avión lo es todavía más, puesto que las condiciones son distintas y se necesita ‘más improvisación’ en el caso de que pueda haber un fallo. Los cinco sentidos durante el vuelo son totalmente necesarios, incluso hasta el sexto.
Aunque los pilotos están entrenados para cualquier situación, los aterrizajes de emergencia son los que más ponen a prueba la habilidad y templanza cuando las condiciones extremas ocurren.
¿Cómo actuar ante un aterrizaje de emergencia?
Los aterrizajes de emergencia se producen cuando un inconveniente en pleno vuelo hace que el avión aterrice antes de llegar a su destino final, una situación que puede ser controlada fácilmente, pero que causa una gran inquietud entre los pasajeros.
Algunas de las causas que pueden provocarlos son un temporal inesperado, un problema en el avión, el choque de un pájaro e incluso, la actitud de un pasajero.
Cuando se detecta un problema en el avión, las alarmas se activan junto al protocolo de actuación del comandante y la tripulación. Los pasajeros no se encargan de nada, más que de seguir los pasos que las azafatas les están indicando. Mantener la calma, continuar en sus asientos y realizar las indicaciones que se piden son las tres cosas principales que se deben hacer.
De acuerdo con los especialistas, es recomendable contar el número de filas desde tu asiento hasta las salidas de emergencia situadas enfrente y detrás de ti. Esto te ayudará a saber cuál es la más cercana y así poder dirigirte lo antes posible en caso de necesitarlo.
El cinturón ha de estar abrochado en todo momento, bien ajustado a la pelvis.
Si la tripulación nos pide que nos coloquemos en posición de emergencia, lo que te están pidiendo es que tu asiento esté en vertical, tu cabeza se apoye en tus rodillas manteniendo la cara entre las piernas, y las manos agarrando los tobillos. En el caso de que el asiento delantero esté excesivamente pegado y no nos permita realizar la posición anterior, debemos colocar sobre la parte trasera de ese asiento una mano con la palma hacia abajo y luego cruzar la otra sobre la primera, con la palma hacia abajo también. Apoyar la frente contra las manos y mantener los dedos desenlazados.
El comandante del avión siempre será quien indique si el peligro ya ha pasado. Por ello, será seguro evacuarlo cuando el comandante lo ordene. Ni un minuto antes.