Ricardo Chamorro, entre la polémica y el derecho a la protesta
En este último pleno municipal de Ciudad Real se vivieron momentos de intensa discusión, especialmente alrededor de la figura de Ricardo Chamorro, concejal de Vox y primer teniente de Alcalde. Chamorro se ha visto envuelto en una controversia por su participación en concentraciones frente a la sede del PSOE el pasado noviembre, lo que llevó al Grupo Municipal Socialista a solicitar su dimisión.
Chamorro, quien también es responsable del área de Seguridad Ciudadana, se defendió apelando a los derechos fundamentales que ampara la Constitución, subrayando el derecho de reunión pacífica y sin armas, una prerrogativa que, según afirmó, no está condicionada por el cargo público que se ostente. «En la Constitución no dice que depende del cargo que tú tengas en un momento o no te puedas manifestar libremente», argumentó.
Un discurso contundente contra la gestión socialista
El primer teniente de Alcalde no se limitó a defender su derecho a la protesta, sino que aprovechó la ocasión para criticar duramente la gestión del Partido Socialista, acusándolo de tener «mucho que callar». Chamorro enumeró una serie de casos que, a su juicio, evidencian la corrupción y la mala gestión del PSOE, desde la intervención en la Caja Castilla-La Mancha, pasando por el fracasado proyecto del aeropuerto de Ciudad Real, hasta cuestionar la constitucionalidad de los decretos de los estados de alarma durante la pandemia y mencionar recientes escándalos como el caso Koldo y Tito Berni o la aprobación de una ley de amnistía.
La moción de dimisión, rechazada
La solicitud de dimisión presentada por el Grupo Municipal Socialista no prosperó, al ser rechazada con los votos de Vox, PP y Ciudadanos. Este resultado subraya la complejidad de las dinámicas políticas en el ayuntamiento y resalta el respaldo que Chamorro tiene dentro de su partido y de otros grupos municipales.
La defensa de Chamorro destaca un debate más amplio sobre los límites y el alcance del derecho a la protesta de los políticos en ejercicio, así como la permanente tensión entre libertad de expresión y responsabilidad pública. Este episodio en el Pleno de Ciudad Real no solo refleja las disputas políticas locales sino que también pone de manifiesto las divergencias en torno a la interpretación de los derechos fundamentales y el papel de los servidores públicos en su ejercicio.