resaca. Tras una noche de fiesta y una ingesta de alcohol alta, ésta suele aparecer para complicarnos el día siguiente. Sin embargo, no a todo el mundo le afecta igual la ingesta de alcohol.
La resaca se produce por una deshidratación tras la ingesta de alcohol, que inhibe la producción de la hormona antidiurética que manda la orden a nuestros riñones de que conserven agua y que controlen nuestra orina, aumentando la producción con el descenso de los niveles de esta hormona.
¿Qué tomar contra la resaca?
Muchas personas optan por tomar algún tipo de medicamento tipo paracetamol o ibuprofeno antes o después. El paracetamol es un fármaco con propiedades analgésicas y antipiréticas, muy eficaz para controlar la fiebre o tratar el dolor. Sin embargo, estas moléculas no tienen actividad antiinflamatoria, por lo que si el dolor está asociado a procesos inflamatorios es menos eficaz. El ibuprofeno pertenece al grupo de antiinflamatorios no esteroideos y posee actividad antipirética, analgésica y antiinflamatoria.
El problema del paracetamol es que hará trabajar más a nuestro hígado si hemos consumido alcohol. Sin embargo, el ibuprofeno no produce daños a nivel del hígado, si bien debido al propio mecanismo de acción antiinflamatorio puede afectar a la mucosa gástrica y dañar esta barrera protectora del estómago. Pero lo hará en menor medida que otros fármacos del grupo de los antiinflamatorios.
De cualquier forma, hay que tener precaución ya que el ibuprofeno puede potenciar la actividad irritante del alcohol a nivel gástrico, al alterar la barrera del estómago. Pero esto no suele ocurrir tras ingerir una única dosis adecuada de este antiinflamatorio, sino tras la toma continuada del mismo cuando se emplean dosis muy elevadas.