De repetir curso a ser un referente en la ciberseguridad mundial; la historia de los ‘hackers buenos’ gallegos

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Andrés y Miguel Tarascó empezaron en el mundo del hacking con 14 y 15 años, con un ordenador que poco tenía que ver con los que ahora conocemos, y un viejo módem que permitía navegar sí, pero a su ritmo. En aquel momento estos dos hermanos de Vedra, en A Coruña, se turnaban para jugar a colarse en otras computadoras.

Un juego que, años después, acabó por convertirse en Tarlogic Security, una empresa que lleva 3 años consecutivos en la lista de las empresas con mayor ritmo de crecimiento de Europa que elabora Financial Times, y que aspira a ser, en 5 años, una de los referentes en ciberseguridad en todo el mundo.

Referente en ciberseguridad

Hablar de ‘hackeo’ nos hace pensar en estafas, servicios caídos y problemas, muchos problemas. Por ello podríamos definir Tarlogic como justo lo contrario. Sería algo así como saber lo que quieren hacer los malos y sobre todo cómo quieren hacerlo, para adelantarse e impedirlo.

Solvencia técnica, investigación e innovación. Estas han sido algunas de las señas de identidad de la empresa, apostando por proyectos que el resto de las empresas del sector no querían o no podían asumir. «Estábamos muy motivados y teníamos pasión. Teníamos ganas de tocar y romper cosas». Así lo recuerda Óscar, uno de los primeros en llegar. Ellos mismos aprendían a la vez que Tarlogic crecía.

La ciberseguridad era algo de lo que se empezaba a hablar, y Miguel y Andrés eran «profesionales top en este mundillo».

Profesionales top que nacieron en un cuarto de apenas 4 metros cuadrados. Con muchas ganas, pasión por doquier y pocas horas de sueño. Y, sobre todo, con un cosa clara desde el principio, «queríamos montar una empresa distinta, que apostase por las personas y la especialización. Que fuese una alternativa a la gente que se tenía que ir de España porque no había buenas ofertas de trabajo», asegura Andrés.

Hoy en día, 10 años después del nacimiento de aquella idea de dos locos por el hacking, la plantilla de Tarlogic es de unas 100 personas, y sigue en continuo crecimiento. A su sede natal en Teo, A Coruña, se une otra en Madrid, y profesionales repartidos por todo el mundo.

Beneficios sociales, días adicionales de vacaciones, salarios por encima de la media. Y desde hace unos meses, teletrabajo permanente para toda la plantilla y jornada de 4 días a la semana. Miguel no tiene dudas; «nos planteamos intentar tener una empresa con unas condiciones en las que nos gustase trabajar». Y parece que lo han conseguido.

«En 5 años quizá podamos llegar a ser un actor de referencia en el mundo de la ciberseguridad en todo el mundo. Es ambicioso pero creo que contaremos con un equipo de entre 300 y 350 personas», proyecta el CEO de la compañía. El talento y el tesón ya lo tienen, con sello gallego y vocación internacional.