El consejero de Desarrollo Sostenible ha destacado que es uno de los espacios naturales protegidos más emblemáticos de la región, que alberga valiosos recursos naturales, como los conocidos e impresionantes cuchillos de Contreras, las hoces del río Cabriel y las cárcavas de Fonseca con un valor geológico excepcional.
El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, ha puesto de manifiesto la satisfacción del Gobierno regional por que la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel cumpla este domingo los 25 años de su creación, que se ha convertido en «una de las joyas» de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel.
En una nota de prensa, la Consejería de Desarrollo Sostenible ha recordado que el 18 de octubre de 1995 se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM), el decreto de la declaración con esta figura de protección de las Hoces del Cabriel, situadas en la provincia de Cuenca entre los términos municipales de las localidades de Minglanilla e Iniesta, y que fue además la primera reserva natural que hubo en la región.
Escudero ha destacado que este espacio que fue un emblema en la defensa del Gobierno regional y de la sociedad en general por la conservación de la riqueza natural de la zona, ya que la declaración de la reserva natural estuvo sujeta a polémica pues se trataba de un paraje de difícil acceso y gran belleza paisajística, que no contaba con ninguna protección ambiental.
Entonces se planteó la construcción de la autovía A-3 por las Hoces del Cabriel lo que conllevó un fuerte rechazo social y un procedimiento que aceleró su protección por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con la elaboración del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) en la zona, ha apuntado el titular de Desarrollo Sostenible.
«Esto supuso paralizar la decisión sobre el trazado de la autovía y culminó con la aprobación en octubre de 1995 del PORN y la declaración de 1.662 hectáreas como Reserva Natural, por lo que la autovía se construyó finalmente por un trazado alternativo», al norte de la actual zona protegida.
En este sentido, Escudero ha afirmado que «es una prueba importante de lo que ha venido defendiendo el Gobierno regional en la defensa de la conservación de los recursos naturales durante muchos años y que hoy en día conforman la Red de Espacios Naturales Protegidos con 112 espacios y dos que en breve se sumarán a la lista».
Asimismo, ha recalcado que las Hoces del Cabriel se han convertido en «una de las joyas» de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel, que fue declarada como tal en 2019 por la Unesco en un territorio de más de 400.000 hectáreas en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana.
Esta reserva incluye como zona núcleo los espacios naturales protegidos de las Hoces del Cabriel, lo que según Escudero supone «una oportunidad para mejorar la ordenación territorial y la conservación del espacio, y que además servirá de atractivo turístico para la zona y los municipios colindantes».
Las Hoces del Cabriel constituyen la reserva natural más extensa de la provincia de Cuenca, que se ubica al sur de la presa de Contreras, a lo largo de 12 kilómetros por la margen derecha del río Cabriel, principal afluente del Júcar, y cuyas aguas serpentean sirviendo de frontera natural entre las provincias de Cuenca, Valencia y Albacete.
Uno de los principales atractivos de la reserva natural de las Hoces del Cabriel es geomorfológico y paisajístico, pues en un terreno de escaso relieve como es la Manchuela conquense, las formas labradas por los procesos erosivos en los cuchillos de Contreras, las hoces del Cabriel y las cárcavas de Fonseca tienen un valor excepcional.
Los materiales rocosos que aparecen en las hoces y los ‘cuchillos’ son los mismos: calizas y dolomías del Cretácico superior (hace aprox. 100 millones de años), pero su distinta disposición estructural ha dado lugar a tipos de relieve muy distintos, ya que mientras que las hoces se caracterizan por los escarpes y farallones rocosos de hasta 100 metros de desnivel, los ‘cuchillos’ se distinguen por su morfología puntiaguda.
La abundancia de afloramientos rocosos ha permitido el asentamiento de varias especies de aves rupícolas donde encuentra refugio el águila perdicera, el águila real o el halcón peregrino, ha señalado Desarrollo Sostenible, que ha añadido que «sin lugar a dudas, la especie mejor adaptada a este difícil ecosistema es la cabra montés», que actualmente cuenta con buenas poblaciones en la zona.
Asimismo, ha explicado que ligados al sistema fluvial, destaca la presencia de la nutria y de peces amenazados como el blenio, y que también se pueden encontrar frecuentemente en la reserva (al menos sus rastros, ya que son animales muy esquivos) otros mamíferos como ginetas, garduñas, ardillas, tejones y lirones caretos.