En marzo y abril, el gobierno de Trump expulsó a más de 900 migrantes menores de edad de su frontera sur y deportó a más de 60 que ya estaban en territorio estadounidense con solicitudes de asilo en proceso. Las medidas han sido cuestionadas.
La joven Natalia*, de 16 años, huyó de Honduras tras haber denunciado a su padre por abusar de ella sexualmente.
Junto a su madre, viajó a la frontera entre México y Estados Unidos y finalmente se presentó sola ante la autoridad migratoria estadounidense.
Ingresó en un refugio administrado por el gobierno de ese país y creyó que tendría posibilidades de pedir asilo y de ser liberada para reunirse con un familiar cercano que vive en EE.UU.
En cambio, fue deportada a Honduras en medio de la pandemia mundial del coronavirus.
Arribó a su país para reencontrarse con el temor de recibir las mismas amenazas de familiares que la culpan por haber denunciado a su padre, quien a raíz de ello fue encarcelado, según describe el abogado de Natalia en EE.UU.
La joven forma parte de un grupo creciente de migrantes menores de edad que cruzaron solos la frontera y han sido deportados o expulsados de EE.UU. de forma expedita, algo cuya legalidad es cuestionada por organizaciones locales e internacionales y por políticos del Partido Demócrata.
Al menos 915 menores de edad fueron expulsados de la frontera sur de EE.UU. entre marzo y abril, y al menos 60 fueron deportados desde el interior del país en el mismo periodo, de acuerdo con cifras oficiales.
De acuerdo con reportes de diversas organizaciones y representantes legales, se han programado deportaciones en plena madrugada y sin que los guardianes legales de los niños fuesen notificados, en acciones que han forzado a abogados a introducir demandas y mociones urgentes ante tribunales para detener las deportaciones.
Otros cientos de menores de edad han sido expulsados en cuestión de horas o días de la frontera de EE.UU., sin posibilidad de solicitar la protección de asilo ni de pedir ayuda legal.
«Esta enfermedad no conoce edad», declaró el mes pasado el funcionario Mark Morgan, de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés).
«Cuando [menores de edad] cruzan la frontera, representan un absoluto y concreto riesgo de salud para este país y para todo aquel con quien entren en contacto», agregó.
Pero los que se oponen reclaman que la pandemia no puede justificar medidas «sin un antecedente conocido o un claro fundamento legal«, dice una carta firmada a principios de abril por una decena de senadores demócratas, quienes además denunciaron al gobierno por su secretismo.
«Para empeorar las cosas, esta expansión sin precedentes de los poderes ejecutivos parece estar completamente oculta del público y de la supervisión del Congreso», señala el escrito.
¿Qué es lo inusual?
Históricamente, los menores de edad que cruzan la frontera sin un acompañante adulto gozan de protecciones especiales amparadas en una ley aprobada en 2008 para víctimas de trata.
Bajo la ley, no pueden ser deportados inmediatamente y deben tener acceso a asistencia legal, cuidado médico, educación y refugio.
También se les permite vivir con patrocinadores o familiares cercanos en EE.UU. mientras sus casos se resuelven en las cortes de inmigración, un proceso por lo general largo.
Lo inusual es una nueva orden emitida el pasado 20 de marzo a raíz de la pandemia por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que suspende el ingreso de «ciertas personas de países donde existe un brote de una enfermedad transmisible».
Aunque al principio fue catalogada como una medida de emergencia, fue recientemente prorrogada de forma indefinida.
Amparado en esta orden, el gobierno expulsó en abril a 14.416 migrantes indocumentados en la frontera sur, 85% del total que ingresó ese mes, incluidos menores de edad sin acompañantes.
En el mes de abril, 600 menores de edad que cruzaron solos fueron expulsados, muchos más que los 166 que sí fueron admitidos.
El gobierno de EE.UU. ha desistido de hacer públicos los criterios utilizados para expulsar a unos y a otros no.
Un vocero de CBP le explicó a BBC Mundo que la modalidad de las detenciones en la frontera también ha cambiado.
«Ahora, en lugar de detenciones, se les llama ‘encuentros’. Los procesamos [a los migrantes sin documentos] en el terreno y nos aseguramos de su estado de salud, que no estén muriendo, y luego los expulsamos al puerto de entrada fronterizo más cercano o los deportamos a sus países, lo que sea que esté disponible», explica.
«Esto podría pasar en cuestión de dos horas o una hora y media«, especifica.
De igual modo, explica que a los niños que viajan solos ya no les califican oficialmente como unaccompanied minors, un término legal, sino que «bajo la autoridad de salud (los CDC), les llamamos menores de edad solos (single minors)», aclara.
¿Qué pasa con estos niños?
Desde que el primer caso de covid-19 se registró en EE.UU. el pasado enero, el diario The New York Times reportó que, según datos oficiales, 239 niños y adolescentes que ingresaron solos a la frontera fueron retornados a Guatemala, mientras que 183 fueron enviados de vuelta a Honduras.
Pero de los menores de edad expulsados desde el 20 de marzo se conoce poco, advierten diferentes organizaciones de apoyo legal a los inmigrantes en EE.UU.
«Esos niños ni siquiera entran en el sistema«, dice Kaavya Viswanathan, de la organización de apoyo legal a inmigrantes The Door.
Han ocurrido casos como el de un niño de 10 años que cruzó la frontera y no se supo más de él durante seis días hasta que la madre recibió una llamada de un primo en Honduras para decirle que el menor estaba con él, según reportó el New York Times.
Estas expulsiones exprés han causado preocupación a organizaciones internacionales como Oxfam y Amnistía Internacional que en un documento conjunto firmado con otras cinco agrupaciones advierten que las políticas de «expulsiones automáticas (…) violan las obligaciones jurídicas de EE.UU.«.
«La Agencia para Refugiados de las Naciones Unidas aclaró que los estados no pueden promulgar ‘medidas generalizadas’ que restrinjan el asilo durante el covid-19 y la nueva política fronteriza del gobierno [de Estados Unidos] es exactamente eso», dice el informe del 21 de mayo.
La agencia estadounidense ICE, a cargo de ejecutar las deportaciones, le dijo a este medio que no divulgan información sobre los vuelos programados de repatriación de migrantes a sus países, pero sí aclaró que los vuelos a Guatemala, previamente suspendidos, están activos.
BBC Mundo consultó con autoridades de EE.UU. y México acerca de qué pasaba con los niños no acompañados que no fuesen de nacionalidad mexicana tras ser expulsados por la frontera que comparten ambos países.
La información brindada por EE.UU. fue inicialmente contradictoria.
En principio, un portavoz de CBP informó que el gobierno de México acordaba «recibir a ciudadanos expulsados de países del Triángulo Norte, incluidos menores de edad solos«.
Un funcionario mexicano, sin embargo, respondió que el acuerdo de recibir a menores de edad solos «no existe» y que su país «no está recibiendo niños migrantes no acompañados de otros países que han sido expulsados de Estados Unidos».
«El gobierno de EE.UU. no tendría, por ley, por qué canalizar a un niño que no sea mexicano en México, a menos de que sea alguna excepción. Pero es muy difícil que se dé», dijo Jorge Salcedo Flores, director de área de la Dirección General de Representación Jurídica y Restitución de Derechos de la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
El Instituto Nacional de Migración, por su parte, dijo que entre las autoridades migratorias de ambos países no ha habido registro de entrega de ningún niño menor no acompañado y no mexicano.
Confrontado el CBP acerca de lo dicho por México, el portavoz rectificó lo previamente declarado al afirmar que México actualmente no acepta a individuos menores de 18 años que no vayan acompañados de un adulto y que, bajo este esquema, deben permanecer bajo custodia de ICE y ser repatriados por vía aérea a su país de origen.
Como muchos de los niños expulsados son guatemaltecos, este medio consultó con Carlos Eduardo Woltke, titular de una de las defensorías de la Procuraduría de Derechos Humanos de ese país, quien confirmó «extraoficialmente«la existencia de menores de edad guatemaltecos expulsados de EE.UU. en México.
«Por información de personas deportadas y organizaciones, se sabe que es una práctica en este momento de emergencia [por el coronavirus]. Luego son trasladados a Guatemala por las autoridades mexicanas», indicó.
Este medio no pudo comprobar la presencia de estos menores migrantes en México tras comunicarse con dos refugios que suelen recibir menores de edad en la frontera.
Uno contestó que no recibe a niños que vengan sin acompañante y el otro que lleva dos meses sin recibir a nuevos migrantes por la emergencia de la pandemia.
¿Qué pasa con los 60 niños que ya vivían en EE.UU.?
Otro elemento inusual es el de la deportación de menores de edad que ya han pasado meses en territorio estadounidense, por lo general en refugios del gobierno y con casos de solicitud de asilo en proceso.
Estos no entran en la orden de emergencia emitida por los CDC, sino que son menores de edad que ya habían intentado ingresar en EE.UU. con algún familiar o adulto y fueron obligados a permanecer en México y presentar sus casos de inmigración bajo el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).
«Pasa que muchos pierden, a veces por faltar a sus audiencias, y de este modo los niños terminan teniendo una orden de deportación por ese procedimiento», explica Kaavya Viswanathan, de The Door.
Ese fue el caso de Natalia.
A su madre y a ella les negaron su solicitud debido a que no pidieron primero asilo en México, considerado como tercer país seguro, según explica su abogado, Stephen Blake.
«Vivían en un campamento con unas condiciones horrorosas, sin agua, con actividad delictiva y de drogas. Ella se sentía amenazada allí», describe.
Tras ser admitida en EE.UU. y luego de dos meses viviendo en un refugio, a principios de abril le avisaron que la deportarían.
«Le decían que no deshiciera su mochila porque en cualquier momento iba a suceder», explica Blake.
Agrega que, desde un punto de vista legal, «había confusión porque normalmente no pasa en estos casos que se haga una deportación inmediata».
Después de agotar todos los recursos legales, Natalia terminó siendo deportada.
Otros menores han corrido con más suerte y las mociones que han introducido sus abogados en medio de la noche ante jueces en todo el país han detenido temporalmente las deportaciones. Pero han tenido que trabajar con menos de seis horas de margen, según varios describieron a BBC Mundo.
También ha ocurrido que los representantes legales reciben notificaciones de negación de mociones previas días después de que ya ICE se ha enterado y se ha movido más rápido para ejecutar la deportación.
Fue el caso de una joven de 16 años guatemalteca, cuyos abogados se enteraron a última hora de los planes de ICE de deportarla.
La joven, que tenía familia directa en EE.UU. y huyó por ser perseguida en Guatemala, estuvo bajo custodia de ICE en hoteles sin que sus abogados supiesen dónde ni tuvieran cómo comunicarse con ella, explica a BBC Mundo Esther Sung, de la organización Justice Action Center.
Los abogados consultados coinciden en que las condiciones del MPP han provocado como efecto colateral que los padres decidan enviar a sus hijos solos a cruzar la frontera.
La ley estadounidense impide que CBP procese a los migrantes menores de edad sin acompañante bajo el MPP.
«Algunos padres lo ven como la única forma de que sus hijos puedan estar a salvo«, dice Sung, quien describe tener una clienta que dijo haber sido agredida dentro de un campamento para migrantes en México.
Bajo este protocolo, los migrantes esperan meses hasta recibir noticias de sus pedidos de asilo y se han registrado incidentes de violencia, extorsión y hasta secuestro contra esta población.
De los casi 45.000 casos registrados bajo el MPP que no tienen estatus por determinar, solamente a 517 se les ha otorgado algún tipo de protección, según cifras de la Universidad de Syracuse, que monitorea estadísticas del gobierno, reportadas por el medio Documented NY.
Y solo el 4% de los migrantes que esperan por sus audiencias judiciales en México han obtenido representación legal, de acuerdo a Human Rights Watch.
Posturas enfrentadas
Sobre las deportaciones intempestivas de niños que ya han pasado meses bajo custodia del gobierno de EE.UU., ICE dijo en un comunicado enviado a BBC Mundo que se toma «muy seriamente la responsabilidad de cuidado de niños bajo custodia sin acompañantes adultos, hasta que puedan ser retornados a su país de origen».
Añadieron también que la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) «trabaja con los consulados para identificar a la familia en el país de origen que recibirá» al menor.
Pero organizaciones internacionales como Oxfam y Amnistía Internacional advierten que «muchos están siendo repatriados de manera sumaria a sus países de origen donde no tienen acceso a servicios básicos y están en riesgo extremo de trata y otros daños serios».
Pese a ello, la agencia CBP defiende que «la mayoría de sus instalaciones no están equipadas para mantener la distancia social» y que no conocen el historial de viaje de los migrantes y no quieren que los niños enfermen del covid-19.
«Los defensores de los inmigrantes dicen que deberíamos liberarlos bajo fianza. Pero no podemos hacer eso, eso significaría tener una frontera abierta», indicó un vocero de la agencia a este medio.
Acerca de los niños que ya estaban en EE.UU. antes de que se detectaran los primeros casos de coronavirus y han sido deportados, el portavoz argumenta que las familias están aprovechándose de la ley estadounidense que ampara a los niños migrantes que cruzan solos la frontera.
«Ese no es el propósito original de la Ley de Trata. ¿Cómo vas a ser una víctima de trata si tu madre está en México, tu padre en Houston y están pagando miles de dólares para que cruces? Esta es una nueva forma de tráfico de personas a través del uso de la ley estadounidense», afirmó.
«No puedes volver a solicitar asilo cuando ya tienes un caso andando», añadió. «Si los deportan [a los menores] nada les impide volver. Pero no puedes perder tu caso estando en EE.UU. y empezar uno nuevo mientras sigues en el país», dijo.
Los representantes legales consultados, sin embargo, coinciden en que los menores de edad deportados no están teniendo acceso al debido proceso y la pandemia está siendo usada como «un pretexto«para que el gobierno de Trump impulse su agenda migratoria «como no había podido hacerlo antes».