Cómo Romper el Ciclo de Relaciones Tóxicas con una Madre: El Caso de Sofía Suescun y Maite Galdeano

madre tóxica
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Las relaciones familiares pueden ser tan complejas como cualquier otra forma de vínculo humano, y en ocasiones, incluso más. Un claro ejemplo de esto es el reciente conflicto entre la televisiva Sofía Suescun y su madre, Maite Galdeano, quienes han llevado sus desencuentros al ojo público. Sofía, quien alcanzó la fama tras su participación en varios ‘reality shows’, ha decidido romper toda relación con su madre, alegando que ha soportado «muchísimos años de sufrimiento» debido a «comportamientos muy desagradables» de Galdeano, que ella atribuye a «celos tóxicos e irracionales» hacia su pareja.

¿Cómo Es Posible una Relación Tóxica Entre Madre e Hija?

La dinámica entre Sofía y Maite es un caso que resuena con muchas personas que han experimentado relaciones familiares difíciles. Como señala Lara Ferreiro, psicóloga y autora del libro Adicta a un gilipollas (Grijalbo), ser madre es una tarea sumamente compleja, y no siempre se tiene la conciencia de que se está siendo tóxica. “No hay un manual de instrucciones, y a veces, las progenitoras no son conscientes de que están causando daño”, afirma Ferreiro.

Identificando una Relación Tóxica

Identificar una relación tóxica, especialmente cuando involucra a un ser tan cercano como una madre, puede ser extremadamente difícil. Según Ferreiro, este tipo de vínculos pueden ocurrir en diferentes áreas de la vida: en la familia, entre amigos, en el trabajo, etc. Una relación tóxica se caracteriza por un abuso emocional, que incluye hacer que la otra persona se sienta culpable, minimizar sus sentimientos, o utilizar tácticas manipuladoras como la luz de gas (haciendo que la víctima dude de su percepción de la realidad).

Aceptar que una madre es tóxica es un proceso complicado y a menudo doloroso. Muchas personas jamás llegan a darse cuenta de ello, y quienes lo hacen, suelen hacerlo en la vida adulta. Esto se debe en parte a que los comportamientos tóxicos a menudo se normalizan en la familia y el entorno.

Tipos de Madres Tóxicas y sus Comportamientos

Ferreiro explica que hay varios tipos de madres tóxicas, aunque todas tienen en común ciertos comportamientos: minimizan los logros de sus hijos, les hacen sentir que nunca son suficientes, los hacen responsables de su felicidad, o controlan sus vidas hasta el punto de anular sus sentimientos y deseos. Estas madres ven a sus hijos como una extensión de sí mismas, sin reconocerlos como individuos independientes.

Un comportamiento común es que estas madres consideren a sus hijas como posesiones, y cuando las hijas crecen, no aceptan que ya no son las niñas dependientes que eran en la infancia. Este control puede manifestarse en celos hacia las parejas de sus hijas, mostrando una actitud manipuladora y agresiva para mantener su posición central en la vida de su hija.

Impacto en la Infancia y Adolescencia

Las relaciones tóxicas con una madre pueden dejar cicatrices profundas en la infancia y adolescencia de cualquier persona. Según Ferreiro, estos comportamientos generan baja autoestima y diversos problemas psicológicos en las hijas, quienes pueden crecer con un alto potencial para mantener relaciones abusivas o tóxicas en otros ámbitos de sus vidas.

El primer paso para romper con este ciclo es identificar la relación tóxica y buscar ayuda terapéutica. Como en cualquier ruptura, este proceso implica pasar por un duelo emocional que incluye sentimientos de rabia, culpa y miedo. Es esencial trabajar en la gestión de los límites y llegar a un punto de serenidad y aceptación.

Superando una Relación Tóxica: ¿Es Posible?

Salir de una relación tóxica es un proceso largo y doloroso, pero no imposible. Ferreiro ha visto cómo muchas mujeres han sido capaces de renacer tras romper estos lazos. La terapia es fundamental, y es importante recordar que no se trata de justificar los comportamientos tóxicos de la madre, sino de comprenderlos para poder establecer límites claros y sanos en la nueva relación.

En algunos casos, esto puede significar un contacto cero por un tiempo, visitas limitadas, o llamadas telefónicas controladas. Lo importante es que estos nuevos términos no incluyan reproches, ya que el perdón es parte del proceso de sanación.