Abrir la persiana y observar las vistas a una finca inmensa, desayunar en el salón formal y dar un paseo por la biblioteca, visitar el huerto privado o darse un chapuzón en la piscina. Una vida soñada para unos y para otros un reto al alcance que en Vigo y su área se puede hacer además rodeados de historia. Tanto en la ciudad con en la zona de O Val Miñor existen varios pazos a la venta donde todos esos planes ideados pueden convertirse en la rutina diaria para unos pocos afortunados. Los demás, mientras, también los podemos soñar por lo menos.
«Quien busca una propiedad así suele ser un gran empresario que quiere una inversión singular y exclusiva. Personas con un alto poder adquisitivo y que quieren diversificar su patrimonio». Él que explica este perfil de comprador de pazos es Leandro Meira Fernández, responsable de la inmobiliaria Fincasa, experta en la gestión de esta clase de propiedades desde hace más de treinta años. Como resalta, los plazos en los que se producen las ventas en esta clase de propiedades no tienen nada que ver con las viviendas normales y requieren de una paciencia y disponibilidad para la promoción mucho mayor. En Fincasa, ubicados en Nigrán, trabajan con material audiovisual, reportajes fotográficos y todo tipo de medios para promocionar estas propiedades. «Pueden pasar años hasta que se venden y es muy importante tener claro los aspectos vinculados a propiedades tan grandes, como servidumbres o temas legales, que hay que dejar muy claros al comprador», explican desde la inmobiliaria.
Sus ofertas están diseminadas por toda Galicia y aunque la mayoría en el sur de la provincia se encuentran en la zona de O Val Miñor, sin salir de Vigo disponen ya de un pazo a la venta. Con vistas al mar y cercano al barrio de Teis, este edificio del siglo XIX dispone de más de 600 metros de edificio, situado en una parcela con muros de piedra que tiene unos 4.000 metros cuadrados. Cuenta con gran zona de aparcamiento privado y muchos árboles. El edificio incluye tres amplios salones en la planta baja y en la alta cuatro dormitorios con baños más uno junto a la lavandería. A esto se una sexta habitación en la parte superior con acceso a un torreón. La propiedad ronda los dos millones de euros.
Y si de lo que se trata es de viajar en el tiempo nada mejor que un pazo en Nigrán del siglo XVII que se encuentra en su estado original. En la propiedad hay incluso capilla privada, lagar, manantiales, horreo y multitud de árboles diseminados por los más de 30.000 metros cuadrados de terreno. Bosque privado, vistas al mar… Todo aquel que pueda abonar los casi 2,5 millones de euros que cuesta no echará en falta nada. Y por supuesto, con la opción de dedicarlo a los negocios y eventos, como ha ocurrido con muchas de estas propiedades en la provincia.
Aunque sin duda si la opción de negocio es la que ronda por la cabeza, la propuesta que más fácilmente se adaptaría sería otra de las propiedades que tienen en Fincasa, construida a modo de aldea privada a cinco minutos de playa América. Tiene cocher y parking cubierto para varios vehículos, cenador con porche al pie de la piscina, varias construcciones para invitados y un edificio principal con escudo, reloj de sol, aire acondicionado y amplias estancias. Dispone de vivienda de servicio, un estanque, un huerto ecológico y una extensa finca con frutales, jardín botánico y una construcción para eventos aislada de la casa principal.
Un bosque de 90.000 hectáreas y un pazo del siglo XVIII componen otra de las ofertas de esta inmobiliaria especializada en edificios históricos. Una arquería, gárgolas y otros detalles en piedra dan personalidad a este eficicio, de más de 1.300 metros cuadrados. Cuenta con plantaciones ecológicas, posibilidad de alquilarlo para eventos, vides y una piscina.
Los que quieran seguir soñando con cómo sería su vida en un edificio de estas dimensiones pueden hacerlo asomándose también a otra de las grandes propiedades que tienen a la venta en la empresa de Leandro Meira. En este caso es una casa nueva pero con estilo pazo que se ubica en una colina privada en la zona de O Val Miñor. Hasta el mobiliario va acorde con la construcción, todo una obra de arte de cantería y que tienen impresionantes vistas desde la piscina infinita.