El Ayuntamiento de Mestanza tuvo que actuar de urgencia el pasado domingo, dando aviso al SEPRONA y a los servicios técnicos de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, para paralizar la presunta demolición de la ermita de la Virgen de la Fe.
El edificio, sito en la finca privada cuyo actual propietario ya impidió el pasado mes de abril la celebración en este enclave de la tradicional romería de Solanilla del Tamaral, forma parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Mestanza.
Documento oficial que recoge los espacios recopilados en su día en la carta arqueológica del municipio elaborada por la arqueóloga Patricia Hevia y que cuenta con salvaguarda de la Ley 4/2003, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha.
El alcalde, Santiago Buendía, relata que de los hechos se tuvo conocimiento al mediodía del domingo, cuando “un vecino que transitaba por el lugar nos dio aviso de que el cuerpo superior de la fachada y el campanario estaban derruidos, en lo que parecían trabajos para echarla abajo totalmente”.
Se da la circunstancia de que en fechas previas desde la propiedad de la finca se telefoneó a los servicios municipales interesándose por un permiso de obras para la demolición, “a lo que nos opusimos atendiendo a la protección que tiene reconocida”, dice el alcalde, añadiendo que “ante los rumores de que esto sucediese, ya advertimos al aparejador”.
Rumores que, al parecer, “se habían originado en la EATIM de El Hoyo, donde un empresario la semana pasada iba diciendo que el jueves la ermita estaría derribada, aunque finalmente fue el sábado por la tarde cuando sucedió”, traslada el regidor.
Así, la noticia el domingo de este derribo parcial, “hecho con nocturnidad y alevosía hacia el interior de la ermita” fue generando desde entonces, según constata Buendía, un “gran movimiento social y vecinal y en redes sociales, por el mucho cariño que le teníamos”.
De ahí que se avisase rápidamente a Cultura, actuando de oficio el Seprona, especializado en temas ambientales y patrimoniales y abriendo expediente. Incluso, “como no podían pasar, hicieron uso de drones para documentar los hechos”, atestigua el regidor.
Desde el Ayuntamiento de Mestanza se han informado estas diligencias indicando que no hay “constancia oficial de ningún derribo, porque nosotros no dimos permiso para ello y si se prueba el derribo unilateral, se abordará como infracción muy grave de la LOTAU”.
Y paralelamente a la paralización administrativa de esta presunta actuación de la que sería responsable la propiedad de la finca, se podría sumar contra ella la vía penal por parte del referido servicio de la Guardia Civil, abunda Santiago Buendía.
El primer edil refiere asimismo el interés municipal por encontrar desde el primer momento una solución pactada que casase los deseos de la propiedad de la finca con la tradición romera del enclave, incluso “se le pidió segregar la parcela de la ermita del resto de la finca para el uso público, ya fuese por cesión o por cualquier otro procedimiento”.
Ante la negativa reiterada a permitir la romería, de urgencia el pasado año se pudo hacer cerca del lugar habitual gracias a la puesta a disposición de su terreno por parte de otro propietario de la zona, a quien el alcalde agradece su plena disponibilidad.
Y entretanto, el Consistorio mestanceño habilitó una partida presupuestaria destinada a la adquisición de una nueva parcela para que, una vez sea ya de titularidad pública municipal, tenga lugar en ella tan populosa celebración en honor a la Virgen de la Fe.
La actual ermita se adscribe a lo que en su día fue el núcleo poblacional de Pueblonuevo donde, en plena actividad minera en la zona, residieron numerosas familias de trabajadores de las explotaciones de Los Pontones, conservándose otros vestigios como era el propio cementerio o viviendas.
Pueblonuevo fue propiedad de la gran empresa minera Peñarroya, cuya vida activa principal se prolongó en esta zona del entorno de Solanilla del Tamaral entre los años 1923 y 1931.