Científicos estadounidenses y alemanes concluyen que el bótox puede aliviar los trastornos de ansiedad

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salud mental ya son considerados «la pandemia silenciada» de la actualidad. En España, no solo se han agravado los trastornos previamente diagnosticados, sino que además se han disparado los casos de ansiedad y depresión, siendo uno de los países de la Unión Europea que más ansiolíticos, sedantes e hipnóticos consume.

Son muchos los estudios que analizan los problemas de salud mental a fin de dar con posibles soluciones que ayuden a las personas que los sufren.

La revista ‘Scientific Reports’ publica un nuevo estudio en el que analiza cómo las personas que recibieron inyecciones de bótox en cuatro sitios diferentes, no solo en la frente, informaron de síntomas de ansiedad significativamente con menos frecuencia que los que se sometieron a diferentes tratamientos para las mismas afecciones.

Descubrimientos

La toxina de la eterna juventud, descubierta por mera casualidad en 1987 por el matrimonio canadiense Carruthers, podría tener un nuevo uso, según el estudio elaborado por Investigadores de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas Skaggs de la Universidad de California en San Diego, en colaboración con dos médicos de Alemania.

El estudio ha podido ser elaborado gracias al Sistema de Notificación de Efectos Adversos (FAERS) de la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos (la famosa FDA), en la que casi 40.000 personas informaron lo que les sucedió después del tratamiento con bótox por una variedad de razones.

Siempre se ha hablado de la cantidad de efectos adversos que tiene el bótox, pero este estudio buscaba todo lo contrario, encontrar «efectos beneficios» utilizando la FDA, según cuenta Ruben Abagyan, coautor del trabajo.

El equipo buscó datos de la ausencia o la frecuencia reducida de ansiedad y trastornos relacionados con el mismo trastorno de salud mental, como una queja, en comparación con un grupo de control, al recibir bótox. Luego, el equipo aplicó un algoritmo matemático para buscar diferencias estadísticamente significativas entre los usuarios de la toxina botulinica y los pacientes que recibieron diferentes tratamientos para las mismas afecciones.

Lo que encontraron fue que el riesgo de ansiedad fue entre 22% y 72% más bajo en pacientes tratados con bótox en cuatro de las ocho condiciones y sitios de inyección: músculos faciales para uso cosmético; músculos para la migraña; miembros superiores e inferiores para espasmos y espasticidad; y músculos del cuello para tortícolis.

Los datos utilizados en este estudio no se recopilaron con el propósito de explorar la asociación entre el uso de bótox y la ansiedad exclusivamente. Además, los datos de FAERS representan solo el subconjunto de usuarios en los que la toxina que experimentaron efectos secundarios negativos.

Si bien el equipo excluyó los informes en los que una persona también estaba tomando antidepresivos o medicamentos ansiolíticos, la administración de otros recetados y de venta libre podrían haberse quedado fuera de la declaración del estudio en algunos casos.

Estudio similar

Abagyan y su equipo publicaron un estudio similar, en ‘Scientific Reports’ en julio de 2020, en el que, utilizando la misma base de datos, encontraron que las personas que recibieron inyecciones de la molécula informaron de síntomas de depresión significativamente con menos frecuencia que los que se sometieron a diferentes tratamientos para la misma patología.

Ambos estudios encontraron una disminución en los síntomas informados independientemente del lugar de la inyección, lo que arroja dudas sobre la especulación de que los pacientes pueden haberse sentido más felices porque tenían menos arrugas.

Aunque podría ser, los investigadores también creen que los mecanismos moleculares específicos mediante los cuales reduce la depresión y la ansiedad, aunque no se conocen, pueden ser diferentes. Las toxinas botullínicas podrían transportarse a las regiones del sistema nervioso central involucradas en el estado de ánimo y las emociones.

Se necesita más investigación para determinar el mecanismo por el cual el bótox reduce la ansiedad, aseguran los investigadores , y serán necesarios ensayos clínicos para determinar el mejor sitio y dosis para administrar el medicamento específicamente para la ansiedad.