Castilla-La Mancha ha finalizado el fin de semana del 25 y 26 de julio sin que se produzca ningún fallecido por COVID-19 en la región, mientras que de lunes a viernes se contabilizaron seis decesos por coronavirus.
El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha aportado estos datos durante su comparecencia ante la prensa con motivo de la inauguración del consultorio médico de la localidad ciudadrealeña de Arenas de San Juan, en el que se han invertido 320.000 euros.
Fernández Sanz ha señalado, asimismo, que este lunes hay ingresados por COVID-19 en los hospitales de la región 39 personas en cama convencional y otros ocho o nueve en UCI, unos datos que a su modo de ver revelan que la capacidad asistencial de Castilla-La Mancha “no está amenazada”.
Ha comparado estos datos con los registrados el 26 de marzo, cuando había 400 personas en UCI y 2.700 ingresados en cama convencional en los hospitales de Castilla-La Mancha.
El consejero de Sanidad ha indicado que, en la actualidad, ha cambiado el perfil de afectado por COVID-19, que ahora es una persona menor de 50 años, habitualmente asintomático o con pocos síntomas, que se contagia principalmente en el ámbito social.
En este punto, ha hecho un llamamiento a los jóvenes, para que “tengan cuidado en el ocio”, pues si bien ha afirmado que “hay que divertirse” ha animado a hacerlo con responsabilidad y ha recordado que el uso de la mascarilla es obligatorio, no solo para protegerse a cada uno, sino sobre todo para evitar contagiar a quien está en frente.
También ha subrayado la importancia del lavado frecuente de manos, el uso de hidrogel, toser y estornudar en la parte interna del coro y usar pañuelos de papel que se tiren tras su uso.
El consejero de Sanidad ha subrayado que Castilla-La Mancha tiene, en estos momentos, un nivel de contagio de 0,36 por cada 100.000 habitantes, por debajo de la media nacional, y ha valorado la labor de control y rastreo que hacen las 427 enfermeras contratadas para hacer seguimiento de contactos sospechosos de COVID-19, los profesionales de atención primaria y los servicios de epidemiología.