Solo se aceptará que la mitad de las salidas sea de empleados mayores de 50 años.
La dirección de CaixaBank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual), convirtiéndose en la reestructuración de mayor envergadura realizada hasta el momento en el sector bancario español.
El banco ha descartado las prejubilaciones y tratará de que las salidas se produzcan con arreglo a la máxima voluntariedad y la meritocracia. El criterio preferente de la adscripción voluntaria podrá rechazarse por superarse el límite de los excedentes en cada área o provincia o para evitar un desequilibrio generacional.
En caso de que no se alcance el excedente con la adscripción voluntaria, la adscripción se realizara por criterio de mérito, a través de la valoración del desempeño profesional de los últimos años.
Del total de despidos propuestos, hasta 5.742 de ellos se aplicarán sobre sucursales y unos 688 sobre filiales; mientras que 1.611 empleos se recortarán en servicios centrales y hasta 250 de ellos en direcciones territoriales.