Tras 15 años en el primer equipo del Barcelona, donde se erigió como una pieza fundamental de la mano y la confianza de Pep Guardiola, Sergio Busquets, la piedra angular del centro del campo azulgrana en los capítulos más dorados de su historia, pondrá punto y final a su estancia en el Camp Nou al finalizar esta temporada, algo que anunciará durante el día de hoy.
Busquets encaró el parón de LaLiga -única competición en la que está presente el conjunto culé- por la Copa del Rey como el momento perfecto para terminar de decidir algo que ya tenía muy analizado. «Ahora tenemos unos días de descanso y, cuando vuelva, tomaré la decisión. A partir de ahí, veremos», señaló tras el último encuentro del Barça en la competición doméstica.
No han servido las múltiples muestras de afecto que Xavi Hernández le ha dedicado a su capitán en las últimas semanas para convencerlo de que renovara un año más. El técnico egarense considera al centrocampista como un elemento imprescindible dentro de la medular blaugrana. «Quiero que siga, pero le entiendo. Lo he dicho muchas veces, para mí ‘Busi’ es muy importante, no solo en lo futbolístico, sino también dentro del vestuario», argumentó el entrenador catalán sobre la importancia del jugador.
El próximo 30 de junio acaba la vinculación de Busquets con el Barcelona, después de varias temporadas en las que el de Sabadell ha sido testigo de caídas y un ambiente tenso en las gradas del Camp Nou, el pivote podría cerrar su prolífica etapa en la entidad por todo lo alto: brindando a la grada un nuevo título de Liga.
En caso de ganarlo, el catalán sumaría su trofeo número 32. Por el momento, ha conquistado 31 títulos como culé (ocho Ligas, siete Copas, siete Supercopas de España, tres Champions, tres Mundiales de Clubes y tres Supercopas de Europa).
Mientras él trataba de aclarar su futuro, el club azulgrana le realizó una oferta de renovación a la baja, en la que su sueldo pasaba a ser el 30 por ciento de lo que actualmente percibe. Y es que, aunque el dinero no ha sido un argumento de peso a la hora de tomar esta importante decisión, Busquets tiene sobre la mesa una proposición suculenta de Arabia Saudí, que en febrero plasmó el Al-Nassr en 18 millones de euros.
Sin embargo, en la cabeza del pivote también está la Liga de Estados Unidos (MLS), país que siempre le atrajo y del que se llegó a asegurar que acabaría junto a Messi en el Inter de Miami de David Beckham.
El problema que genera esta marcha en el Barça es grave, ya que debe hallar un relevo de garantías para un futbolista que es una leyenda. Sofyan Amrabat, mediocentro que deslumbró con Marruecos en el pasado Mundial de Qatar y que estuvo a punto de llegar a la entidad catalana el pasado mercado de invierno, es el mejor colocado.
Según adelantó un periódico catalán, el club no quiere ir más allá de los 25 millones más objetivos por el pivote de la Fiorentina. Esta puede ser una de las últimas y más importantes operaciones de Mateu Alemany en el bloque azulgrana.