Dos especies, el busardo ratonero y el cárabo común, han sido identificados como las aves rapaces más útiles para evaluar la efectividad de las medidas destinadas a reducir la contaminación química a nivel paneuropeo.
Más de sesenta investigadores de 24 países de la Unión Europea vienen trabajando gracias a redes dedicadas a la colaboración científica a través de una acción Cost de la European Raptor Biomonitoring Facility (ERBFacility), y han venido avanzando en la armonización de la biomonitorización de la contaminación química en aves rapaces.
Una de las primeras conclusiones a las que han llegado, según han informado este jueves fuentes del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC,UCLM,JCCM), que promovió el primer encuentro de ecotoxicólogos europeos para abordar este asunto, ha sido determinar qué especies son las mejores centinela de la contaminación química en los ecosistemas terrestres en función de sus rasgos biológicos y ecológicos.
Este valioso papel de las rapaces como especies centinela podría ser de gran utilidad para valorar la efectividad de las medidas destinadas a regular y mitigar la contaminación ambiental a gran escala, por ejemplo, a nivel de la Unión Europea. De hecho, la legislación comunitaria relativa al uso de productos químicos y a la protección del medio ambiente frente a la contaminación química está actualmente armonizada, de modo que la evaluación más adecuada de su buen o mal funcionamiento debe hacerse a escala comunitaria.
Sin embargo, los estudios ecotoxicológicos centrados en aves rapaces suelen abarcar escalas espaciales menores (nacional, regional o local), pueden centrarse en una amplia variedad de especies distintas y pueden basarse en el uso y análisis de tipos de muestras muy diversas. Se podría decir que la biomonitorización de la contaminación ambiental en aves rapaces no está actualmente armonizada, y al no estarlo, no puede ser adecuadamente usada como herramienta de evaluación a una escala tan amplia como la comunitaria.
La contaminación química supone costes multimillonarios a nivel paneuropeo derivados de sus efectos negativos sobre la salud humana y la vida silvestre, por lo que es imperativo reducirlos a través de un mejor sistema de evaluación de la efectividad de las leyes comunitarias sobre productos químicos y de una estimación más fiable de los riesgos sanitarios y ambientales derivados de la contaminación química. Para ello es crucial armonizar la biomonitorización de la contaminación ambiental en aves rapaces, lo que supone un auténtico reto para los científicos.