Biden ya es presidente de Estados Unidos: «La democracia ha ganado»

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Empieza una nueva era. El mundo cambia, y no es exagerado decirlo. Joe Biden ya es presidente de Estados Unidos a todos los efectos después de tomar este miércoles posesión en el Capitolio. Se acaban así cuatro años de Donald Trump en la Casa Blanca y ahora el nuevo presidente tendrá que hacerse cargo de una herencia que va a exigir un despliegue casi sin precedentes. El presidente saliente, que abandonó Washington horas antes de la investidura, no estuvo en el traspaso de poderes (primera vez en la historia que esto sucede). Biden, eso sí, ha estado arropado por otros expresidentes como Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, de quien Joe Biden fue vicepresidente.

Rodeado de sus hijos y nietos y acompañado de su mujer, Jill, Biden se convirtió en el 46º presidente de Estados Unidos y dio inicio a una legislatura compleja y exigente por los momentos que atraviesa el país. «Es el día de la democracia», empezó diciendo, haciendo también un llamamiento a la «esperanza». No era su día, sino el día «de la gente». En palabras de Biden, hay que recordar que la democracia es «preciada, y debe ser preservada». Recordó en ese punto el asalto al Capitolio, y puso sobre la mesa una palabra que va a repetir mucho a lo largo de su mandato: «Unidad».

Con la mano superpuesta en la Biblia de la familia, el nuevo mandatario ha recitado el texto protocolario ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, lo que formalmente culmina una transición convulsa marcada por el rechazo de Trump a reconocer su derrota. Biden obtuvo más de 81 millones de votos en las elecciones del 3 de noviembre, una cifra sin precedentes. «La democracia ha prevalecido»,  celebró.

«Hay que pensar en lo que somos y en lo que podemos ser». Miró a su alrededor Joe Biden. «Esta es un gran nación» y «tenemos mucho que ganar, mucho que construir», prosiguió el presidente. Todo ello en plena crisis del coronavirus. Por eso se acordó de los millones de «vidas» perdidas, y también de los «empleos», en la «mayor tragedia desde la II Guerra Mundial». No quiso olvidar a nadie. «Todos los americanos están conmigo en esta causa».

El nuevo presidente es consciente de los retos. «Podemos hacer grandes cosas», esgrimió desde la tribuna, precisamente con el Capitolio de fondo. «Podemos hacer, de nuevo, que América lidere el mundo», sostuvo un Biden serio, sobrio y con un discurso firme. «Podemos hacerlo, y podemos hacerlo ahora». Su mensaje, apegado a las demandas de la gente, sirvió para recordar que «sin unidad» no hay «paz» y que si se acaba con la «nación» el resultado es «el caos».

«Tenemos que afrontar este momento como los Estados Unidos de América», dijo, en otra muestra de patriotismo, al tiempo que pidió «respeto para el otro» y que los «desacuerdos» no se conviertan «en guerras». Tiene que coser el país, y lo sabe: «América es mejor que esto». Y, además, lanzó un aviso importante: «El auge del supremacismo blanco, del terrorismo nacional debe ser enfrentado. Y será derrotado».

El objetivo, dijo, es «dejar un mundo mejor a nuestros hijos». Y él está convencido de que Estados Unidos «lo logrará». Puso como ejemplo el caso de Kamala Harris: «Tenemos la primera mujer vicepresidenta, no me digáis que no podemos lograrlo todo». Y concluyó, emocionado, «daré lo mejor de mí por vosotros: defenderé la democracia, a todos y a los Estados Unidos«.

A lo largo de su exposición, Joe Biden reiteró que será el presidente «de todos», alejándose de la herencia de Donald Trump, al que no mencionó directamente. Insistió, asimismo, en que si siguen el camino de la unión, Estados Unidos «saldrá más fuerte» de la delicada época que atraviesa. «Tenemos que afrontar esta pandemia como una sola nación, una sola» porque «vamos a salir de esto juntos. Juntos». La crisis ha puesto el «a prueba» y ahora toca afrontar «los retos de hoy y de mañana».

Antes que Biden juró su cargo como primera vicepresidenta en la historia del país Kamala Harris, también con la mano en la Constitución. Vestida de morado, Harris estuvo visiblemente emocionada desde su llegada al Capitolio y charló unos instantes con los Obama. La ya vicepresidenta cobrará un papel fundamental y muy notorio durante el mandato de Biden, pues está en todas las quinielas para ser la candidata demócrata en las elecciones del 2024. Su labor, según los expertos, será la de unificar a todas las minorías y dar toda la visibilidad posible al discurso «integrador» de la Administración Biden.

Este miércoles también sirvió para despedir a Donald Trump. Al no asistir a la ceremonia de investidura, el ya expresidente abandonó la Casa Blanca por la mañana, rumbo a Florida. Antes de subir al Air Force One, Trump dejó claro que su carrera política no ha terminado: «Volveremos, de alguna manera». Sin citar directamente a Biden, expresó que la suya ha sido una Administración «diferente». Biden, por su parte, buscará casi todo lo contrario a lo hecho por Trump. De momento, tiene hasta 2024.