Los jóvenes de entre 20 y 30 años que beben cantidades elevadas de alcohol tienen más probabilidades de sufrir un ictus cuando son adultos jóvenes que las personas que toman cantidades bajas o no beben alcohol. Es la conclusión de una reciente investigación publicada en la revista Neurology que hace suya la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana.
Cuatro de cada diez urgencias que atienden los hospitales por consumo de sustancias guardan relación con el alcohol. Durante el último ejercicio más de un millar de personas acudieron a los diferentes recursos con que cuenta Sanidad para tratar este problema en la provincia, de acuerdo con los informes de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones. Supone un incremento próximo al 30% en el número de pacientes admitidos a tratamiento por consumo abusivo de alcohol.
Psiquiatras consultados detectan un mayor abuso de la bebida a nivel epidemiológico en la sociedad desde la pandemia, un consumo de alcohol como «automedicación» y una edad cada vez más elevada para pedir tratamiento, con cada vez más sexagenarios. «Tenemos un nivel de consumo de alcohol problemático brutal, como no ha habido en la historia. Ha habido un incremento clarísimo a nivel epidemiológico y asistencial, relacionado con el confinamiento, la pandemia y la postpandemia», afirma Bartolomé Pérez Gálvez, psiquiatra de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan de Alicante.
La puerta de entrada para recibir tratamiento contra el alcoholismo en la Sanidad pública son las 33 unidades de conductas adictivas (UCA) que hay en el territorio autonómico, que apoyan a los equipos de Atención Primaria para la asistencia en régimen ambulatorio y seis unidades de alcohología, según datos de Sanidad, que alerta de las graves consecuencias, tanto sanitarias como sociales que puede ocasionar un consumo abusivo de alcohol.
El alcohol es un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos, y está asociado con el riesgo de desarrollar problemas de salud tales como desajustes hormonales, mentales y comportamentales, y puede desencadenar enfermedades como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Es asimismo el comodín de la mayor parte de consumos pues lo toman habitualmente personas fumadoras; suele combinarse con la ingesta de cocaína y las personas heroinómanas, muchas veces, beben en exceso entre dosis y dosis.
MEDICINA INTERNA
Hasta el 10% de pacientes ingresados en los Servicios de Medicina Interna presenta un consumo excesivo de esta sustancia. Los motivos de ingreso agudo más frecuente de pacientes con trastorno por uso de alcohol y otras drogas son las intoxicaciones o sobredosis, la abstinencia aguda y complicaciones médicas asociadas como la infección de partes blandas, encefalopatía de Wernicke y hepatitis aguda alcohólica, entre otras.
Por este motivo, Médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) reiteran que “ningún consumo de alcohol puede considerarse seguro” y que “el riesgo cero en alcohol no existe” para recordar los “efectos negativos” que esta sustancia puede tener sobre múltiples órganos y sobre la salud en general.
EL 74% SON HOMBRES
La mayoría de personas que acude a la Sanidad pública para dejar el alcohol son hombres con un 74% de los casos atendidos, frente al 26% de mujeres. La edad media de inicio del tratamiento se sitúa en los 47,7 años.
La Dirección General de Salud Pública y Adicciones trabaja sobre el terreno en más de 300 municipios con campañas informativas sobre los riesgos asociados al alcohol y la importancia de los hábitos saludables.
La Conselleria de Sanidad ha elaborado un protocolo para la detección precoz del alcoholismo que se ha puesto a disposición de profesionales sanitarios de Atención Primaria, ya que es la puerta de entrada de todo ciudadano o ciudadana al sistema sanitario de salud. El objetivo es detectar de forma temprana una posible dependencia al alcohol mediante una entrevista motivacional que realiza el personal sanitario, de manera que, en caso de detectar un problema, pueda iniciar un tratamiento con un programa de formación a técnicos para llevar a cabo estrategias preventivas entre la población adolescente sobre consumo abusivo.
MAYOR CONSUMO
A partir de 2021, coincidiendo con la pandemia, las autoridades han apreciado un incremento de personas que padecen un problema asociado al consumo abusivo de alcohol. El psiquiatra Pérez Gálvez afirma que sigue siendo el número uno en cuanto a las drogas clásicas por delante de la marihuana y la cocaína, y que desde el confinamiento se ha detectado «un incremento importantísimo del consumo problemático y de nuevos casos».
El especialista considera un grupo prioritario quienes empezaron con ese consumo abusivo durante la pandemia por tres factores que están pasando factura como son los problemas de socialización y soledad que ha traído consigo la situación sanitaria; el deterioro de la asistencia sanitaria y la salud mental con cada vez más casos de personas con tendencias depresivas y ansiedad que hacen uso del alcohol como automedicación; y la percepción tras el confinamiento de mucha inseguridad de futuro y económica, como ocurrió en las crisis de 2008 y 2012, cuando «hubo un incremento brutal de casos por la situación financiera».
Pérez Gálvez pone el acento en el llamativo cambio de perfil que se está produciendo pues lo habitual era que los pacientes atendidos en las unidades de alcohología encadenasen un consumo problemático de al menos diez años; sin embargo, ahora está muy centralizado en la pandemia, con muchos pacientes que iniciaron en ese momento un consumo abusivo y que pidieron tratamiento y no se les pudo atender en condiciones.
En este sentido, el psiquiatra afirma que la gente cada vez aguanta más físicamente, por lo que la edad del tratamiento va subiendo, así que hay muchos sexagenarios en las primeras fases de la deshabituación.
Por otro lado, la edad del consumo excesivo ha bajado y el porcentaje de jóvenes con este problema cada vez más alto. Luego están los adolescentes, que tienen otro tipo de problemática con una «cada vez mayor permisividad de los padres que les acaba explotando en la cara». Pérez Gálvez avisa de futuros escenarios negativos con jóvenes de 12 a 16 años, una edad a la que se necesita socializar, algo limitado por la pandemia. «Vamos a ver qué pasa en dos o tres años con esta generación porque ha habido factores de riesgo sin que se haya desarrollado prevención».
PROYECTO HOMBRE
En asociaciones de ayuda como Proyecto Hombre la segunda causa de ingreso es el abuso de alcohol, en un 22% de los casos, mientras que el consumo combinado de cocaína y alcohol afecta a un 14% de los pacientes. En mujeres es la primera causa de asistencia, en un 46% de los casos aunque ellas solo suponen un 20% de usuarios.
Sobre menores y alcohol, Proyecto Hombre pone el acento en que los que llegan a la asociación es porque ya han tenido algún problema policial, judicial o familiar porque ha habido violencia en casa ya que «mientras no pase algo no vienen» y que esto se debe a que el consumo en España está muy normalizado, que todo se hace con alcohol de por medio y se traslada a los jóvenes.