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Con el calor, las vacaciones y los días largos, el verano cambia el ritmo de tu mente. Aprende qué redes neuronales se activan y cómo cuidar tu cerebro con ciencia y pequeños gestos.

El calor cambia tu actividad cerebral

El verano no solo altera nuestra rutina, también modifica cómo funciona nuestro cerebro. Cuando las temperaturas suben, el cuerpo prioriza funciones vitales para regular el calor, y eso afecta directamente a la actividad neuronal.

En este contexto, la red de modo predeterminado (DMN) —asociada a la introspección, los pensamientos espontáneos y los recuerdos— se activa más. Esto ocurre porque las vacaciones y el descanso permiten que la mente divague con más libertad, favoreciendo la creatividad y la reflexión.

Por el contrario, la red de atención ejecutiva, responsable de la concentración y la resolución de tareas complejas, se vuelve menos eficiente con el calor extremo. Estudios han demostrado que las altas temperaturas reducen el rendimiento cognitivo hasta en un 15% en tareas exigentes, como analizar o planificar.

El calor y la concentración: enemigos conocidos

El estrés térmico desvía recursos del cerebro hacia el control de la temperatura corporal, reduciendo la capacidad de atención. Esto se traduce en:

  • Mayor dispersión mental
  • Fatiga más rápida
  • Disminución de la productividad

Un informe publicado en Nature Climate Change en 2018 evidenció esta relación directa entre altas temperaturas y menor rendimiento mental, especialmente en jóvenes y personas mayores.

Comer para pensar mejor: aliados de temporada

El verano también es el mejor momento para alimentar tu cerebro con lo que la temporada ofrece:

  • Frutos rojos (arándanos, moras, fresas): ricos en antocianinas, mejoran la memoria y combaten el envejecimiento cerebral.
  • Sandía y melón: con más de un 90% de agua, son clave para mantener una buena hidratación cerebral.
  • Pescados azules (salmón, sardinas): fuente de omega-3, fundamentales para fortalecer las sinapsis neuronales.
  • Gazpacho: refrescante y lleno de vitaminas que reducen la inflamación cerebral.

Y recuerda: la deshidratación, incluso leve, afecta la función cognitiva, aumentando la irritabilidad, el cansancio y la dificultad para concentrarse.

Pantallas: descanso para tu red de saliencia

En verano, las pantallas pueden ser grandes enemigas de tu salud mental. Estar hiperconectado activa constantemente la red de saliencia, encargada de detectar estímulos relevantes. Esto genera:

  • Alerta constante
  • Dificultad para desconectar
  • Aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés

Apagar los dispositivos y reconectar con el entorno natural favorece la plasticidad cerebral. La neuroplasticidad mejora cuando disminuye la sobreestimulación digital y se fortalece el sistema nervioso parasimpático, clave para la relajación.

Actividades que nutren cuerpo y mente

Aquí van cinco prácticas respaldadas por la ciencia para cuidar tu cerebro este verano:

1. Paseos al aire libre

  • 20 minutos en la naturaleza reducen el estrés y calman la amígdala, el centro emocional del cerebro.
  • Ideal: parques, playas, senderos rurales.

2. Mindfulness o meditación

  • Solo 10 minutos al día fortalecen la corteza prefrontal.
  • Mejora la atención, reduce la ansiedad y potencia la empatía.

3. Comer fresco y variado

  • Incorporar colores en el plato garantiza una amplia gama de antioxidantes y micronutrientes.
  • Elige productos locales y de temporada.

4. Reducción del uso de pantallas

  • Define horarios sin móvil: mañanas o antes de dormir.
  • Practica actividades analógicas como leer, dibujar o escribir.

5. Ejercicio físico moderado

  • Caminar, nadar o montar en bici mejora la irrigación cerebral.
  • Estimula la producción de BDNF, proteína que favorece la creación de nuevas neuronas.

Verano: oportunidad para resetear la mente

Más allá del descanso físico, el verano es una ventana natural para resetear tu salud cerebral. Con pequeños gestos, puedes reconectar contigo mismo, potenciar tu creatividad, reducir el estrés y ganar claridad mental.

Aprovecha esta estación no solo para desconectar del trabajo, sino para reconectar con tu cerebro.

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