Rescate por aire
La única opción viable para rescatarlos es por aire. Por ello, este lunes se ha trasladado a la isla un equipo de pilotos de drones. El director general de Aerocámaras, Jaime Pereira, explica que la operación es compleja y que antes se debe revisar el terreno «por temperaturas, por el ambiente, las cenizas y el punto de aterrizaje. Es momento de estar muy concentrados, en condiciones normales no realizaríamos esta operación pero nos vemos en la absoluta obligación de intentarlo».
Plan de aterrizaje
Los pilotos utilizarán un dron de carga que transportará un sistema propio de logística adaptado. El vehículo aéreo posará sobre la ceniza una red preparada para aguantar hasta 20 kilos. Sin embargo, en este proceso es importante «el factor suerte, que los perros accedan a la red».
Una vez se consiga, el dron volverá a alzar el vuelo para salvarles la vida. Si se confirma que no tienen dueño, podrían ser adoptados para ofrecerles la segunda oportunidad que se merecen.
Sin poder resguardarse
La plataforma animalista Leales.org ha confirmado que dos de los podencos pueden salir del estanque, lo que les permite resguardarse de las inclemencias y del propio calor que desprende la lava, pero los otros dos, permanecen en un estanque más pequeño expuestos al sol y sin posibilidad de resguardo.
«La altura de la lengua que acecha al estanque sigue creciendo, con el riesgo de sepultarlos con un simple desprendimiento por terremoto, si no transcurre antes un nueva colada por la zona», alertan.