Nueva Zelanda puede presumir de tener el columpio humano más grande del mundo. Los valientes que se atreven a probarlo se convierten en auténticos misiles y recorren 150 metros alcanzando los 100 kilómetros por hora en segundo y medio.
«3,2,1, ¡go!», esta es la cuenta atrás que los más miedosos jamás querrían escuchar. Porque este columpio a 134 metros de altura te impulsa al vacío del Valle Nevis neozelandés.
De esos 160 metros, 70 son de caída libre, hasta que el columpio empieza a oscilar en un arco de 300 metros a una velocidad de hasta 150 km por hora. Al principio, la gente se queda colgada a 160 metros del suelo y cuando menos te lo esperas te lanzan, la reacción de la mayoría es instantánea: ¡¡Oh, dios mío!!
Puedes lanzarte bocabajo
Muchas personas deciden montarse solos o con un amigo, y otras, las más miedosas, tienen la opción de seleccionar el pase de espectador al hacer la reserva. Además, después de ese gran momento de pura adrenalina puedes comprar alguna foto del increíble salto.
Una experiencia que se puede afrontar en diferentes posturas, incluso boca abajo y que da igual la edad que tengas: «Yo esperaba más grito», decía uno de los que probaron el columpio después de subirse.
Hay a quienes les encantaría que la espera fuera eterna pero el fatídico momento siempre llega, pues solo cruzar por la pasarela para llegar hasta ahí ya asusta. El resto ya es dejarse llevar y disfrutar de una de las mejores y más locas experiencias que una persona puede vivir en su vida. Nueva Zelanda lo tiene todo.