Merkel anunció que intentará conseguir el voto unánime de la UE a su propuesta del cierre estaciones para evitar la propagación del virus, pero ya cuenta con la oposición de Austria
La canciller Angela Merkel se ha propuesto dar una vuelta de tuerca en la lucha contra el coronavirus y pedirá a la UE el cierre de todas las estaciones de esquí europeas para evitar desplazamientos y focos de contagio, como el ocurrido en los primeras semanas de pandemia en los Alpes austríacos.
«La temporada de esquí se acerca y tenemos que anticiparnos. No podemos permitir contactos y desplazamientos que son innecesarios cuando Alemania y otros europeos todavía luchan contra la segunda ola de Covid-19», declaró la canciller en una comparecencia parlamentaria destinada a explicar el acuerdo alcanzado con los ‘Länder’ para hacer frente a la situación de cada a las fiestas navideñas.
Merkel anunció que intentará conseguir el voto unánime de la UE a su propuesta del cierre estaciones, aunque admitió que «será complicado» y presume que Austria se opondrá.
Ya lo ha hecho. «Nos oponemos a esa idea, pero si la UE quiere cerrar las estaciones de esquí deberá pagar por ello», ha afirmado el ministro austríaco de Finanzas, Gernot Blümen, Según sus cálculos, el cierre de las pistas en Austria supondría la pérdida de 2.000 millones de euros.
Merkel cuenta a priori con el apoyo de Italia y de Francia. El primer ministro, Giuseppe Conte, declaró ayer que «impedir los viajes en el seno de la Unión Europea está fuera de cuestión» pero anunció que todos los viajeros que regresen de vacaciones en el extranjero deberán someterse a un test PCR y guardar cuarentena».
El presidente francés, Emmanuel Macron, ya ha anunciado que las estaciones francesas no abrirán hasta el año próximo, lo que ha sido muy criticado por el sector. «El presidente ha tomado una decisión algo precipitada y muy perjudicial para la economía de los Alpes», afirmó el presidente de la asociación nacional de estaciones de montaña (ANMSM), Jean-Luc Boch.
El primer ministro, Jean Castex, le ha respondido con ironía que «todo el mundo podrá subir a nuestras preciosas montañas respirar aire puro o adquirir recuerdos en las tiendas», aunque los arrastres no funcionarán, las pistas estarán cerradas y no habrá lugar donde tomarse un refrigerio, porque bares y restaurantes permanecerán cerrados.
La propuesta de Merkel, aunque consecuente si una de las prioridades para contener la pandemia es evitar los desplazamientos, supondrá un duro golpe económico a las regiones que viven del turismo y los deportes de invierno, además de impopular.
Fue sin embargo una realidad que los principales focos de propagación de la pandemia a primeros de año en el norte de Europa fueron las estaciones de esquí y en primer lugar la de Ischgl, en Austria. Noruega, Dinamarca, Islandia y Alemania rastrearon hasta medio millones de contagios vinculados a esta localidad, que posteriormente, como otras zonas de Tirol, fueron aisladas y su población confinada.