Para el Real Madrid, la Copa del Rey nunca ha sido una prioridad histórica, pero la semifinal de la presente edición tiene alicientes que lo convierten en un compromiso trascendental. Para los de Carlo Ancelotti, vencer al FC Barcelona (21:00 h/ La 1) supondría cobrarse la venganza de la Supercopa, llenar de dudas a su gran rival en LaLiga, situarse a las puertas de un nuevo título, coger velocidad de crucero para el cancán de la Champions… No hay excusas para minusvalorar esta eliminatoria.
«No tenemos más o menos ganas por la Supercopa. No queremos una revancha. Estamos cerca de un título. Cuando este equipo lo está, la caldera sube de temperatura», ambicionó en la previa a un duelo donde Rodrygo será duda hasta última hora de cara a la convocatoria del Bernabéu. Carletto volverá a tener dudas positivas a la hora de configurar su once inicial.
«Después de todos los meses de temporada, no sé quiénes son los titulares. En cada partido tengo que elegir los 11 mejores», aseguró, llegando a insinuar que podría salir en el Bernabéu sin Kroos ni Modric. O no. «Son partidos en los que necesitas muchas cosas: personalidad, energía… Puede ser que por la energía Kroos no esté en el once, pero lo puede estar por la personalidad y el coraje necesarios para este tipo de partidos. Tenemos que evaluar todo esto», indicó.
Una vez más, el preparador madridista usó la táctica del despiste que suele conllevar, casi siempre, a la utilización de los pesos pesados en caso de emergencia. Más si cabe ante un Barça azotado por las dudas y por el impacto del Caso Negreira, sobre el que volvió a ser preguntado el técnico italiano. «Yo creo que en este momento no hay corrupción en el fútbol. No sé quién va a ser el árbitro. Lo hará del mejor modo», indicó.
El encargado de impartir justicia en el Clásico copero será el andaluz Munuera Montero, quien ya dirigió la temporada pasada el Barça-Real Madrid de la Supercopa de España que terminó con victoria blanca en la prórroga (3-2). Precisamente, Ancelotti ha revisitado estos días la final del torneo que se jugó en tierras árabes en enero que supuso un cambio de tendencia en los enfrentamientos entre ambos equipos.
«En el partido de la Supercopa nos faltó compromiso, contundencia y cometimos errores individuales. Esto nos afectó, pero creo que no se va a repetir. Es un partido clave en una competición que es importante para nosotros. Podemos tomar ventaja», aseguró Carletto, consciente también de las bajas importantes del equipo que dirige Xavi como son las de Pedri o Lewandowski.
A pesar de las tendencias y los precedentes, Ancelotti se afanó en diferenciar el contexto de cada torneo. «Como he dicho, es una competición distinta contra un rival muy fuerte. Va a ser un partido importante. Es un enfrentamiento de 180 minutos para poder jugar una final. No hay cagómetro’«, concluyó utilizando un término al que se refirió una periodista durante la rueda de prensa. Otro episodio calmado y calculado para un Ancelotti que entra en marzo con la confianza que le otorga el expediente.