Análisis de la Guía Repsol 2021: un rayo de esperanza

foto de familia de la gala guia repsol 2021
foto de familia de la gala guia repsol 2021

El Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián fue el lugar escogido por Repsol para celebrar en la tarde de ayer su gala anual de entrega de Soles, la presentación de una nueva edición de la guía gastronómica española. Con todas las precauciones sanitarias posibles, en un evento muy reducido y con la presencia de algunos de los chefs más importantes de nuestro país, era momento de emocionarse por el reencuentro, agradecer la resistencia de todo el mundo de la restauración y sobre todo premiar, apoyar e impulsar definitivamente el vuelo de un sector castigado como ninguno bajo el lema de “Las cocinas no se apagan”.

Como era de esperar, se trató de un evento emitido en streaming, donde la voluntad organizativa hizo lo posible dadas las circunstancias para tratar de transmitir el pulso del evento. Presentado por Gabriela Uriarte y Ander González, con los parlamentos del consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco Javier Hurtado y María Ritter, Directoria de la Guía Repsol, y los chistes e imitaciones de Carlos Latre, llegaba lo importante, la larga lista de premiados. Alquimia, Miramar y Elkano fueron los grandes triunfadores logrando su tercer Sol Repsol: pocas sorpresas al ver a Jordi Vilà como protagonista tras haber sumado también su segunda estrella hace unos meses gracias a su apuesta de cocina catalana, a Paco Pérez recoger otro más que merecido reconocimiento a su decidida apuesta por la cocina marinera de la Costa Brava o a Aitor Arregi recibiendo el debido premio a su maestría heredada en el arte de las brasas al pie del puerto de Guetaria. Obvio y esperable, pero no por ello menos importante.

Son 11 los restaurantes que se suman a la lista de los 2 Soles Repsol. Galicia suma aquí un par de restaurantes con As Garzas de Caco Agrasar y Casa Marcelo de Marcelo Tejedor, siempre en todas las quinielas. Lo mismo que ocurre en las dos principales capitales españolas. En Madrid, el clasicismo de Saddle bajo la dirección de Carlos García Mayoralas y la visión japonesa de Mario Payán al frente de Kappo obtienen también este segundo galardón, al igual que sucede con Aürt de Artur Martínez y Hisop de Oriol Ivern en Barcelona. Junto a ellos brillan también los dos soles en cada una de las tres provincias de la Comunidad Valenciana con Cal Paradis en Castellón bajo la batuta de Miguel Barrera, Saiti de Vicente Patiño en Valencia y Casa Pepa en Alicante, ahora bajo la dirección de Alberto Ferruz. A ellos se suman Kiro Sushi en Logroño, otro guiño a la cocina nipona elaborada por Félix Jiménez, y Es Tragón en Ibiza de Álvaro Sanz Clavijo.

Por lo que respecta a los nuevos soles, hasta 82 nuevos restaurantes se incorporan a la lista, en algunos casos propuestas de reciente apertura que merecen una especial mención, tal y como recalcaba María Ritter, en “el año de los valientes”. Como Odiseo, del chef Nacho Cano y abierto recientemente en la ciudad de Murcia, como Ovillo en Madrid con Javier Muñoz-Calero, como La Sastrería en Valencia de Sergio Giraldo o como Gente Rara en Zaragoza con Cristian Palacio son la mejor demostración del trabajo bien hecho, y también del trabajo hecho por los 53 inspectores que según los responsables de la guía, sí han podido ir a todos en el último año pese a las complicadas circunstancias. Ver un restaurante de Caleta de Famara en la lista como El Risco me asegura que han llegado razonablemente lejos y a sitios recónditos para mostrar con la máxima veracidad cuáles son las mejores mesas de España, y que esa apuesta decidida por un equipo de inspectores dedicado, lo que no debemos olvidar no ocurría hasta hace bien poco, empieza a diferenciarse y esbozar rasgos de una nueva identidad: juventud, sostenibilidad y diversidad. En esa línea se deben entender la aparición de chefs Vicky Sevilla y su restaurante Arrels en Sagunto, Sergio Naveira con Muna en Ponferrada o Bo.Tic de Albert Sastregener, los dos últimos novedades también en la edición para este año de la Guía Michelin. En ese reparto de primeros soles, Cataluña con 11 y Madrid con 10 se llevan el mayor protagonismo. Castilla y León y Andalucía reciben 8 nuevos reconocimientos, 7 caen en País Vasco y 6 en Galicia o Canarias.

A los premios habituales se suma este año el Sol Sostenible en colaboración con Alimentos de España, que ha recaído en el restaurante Azurmendi de Eneko Atxa, con el que se premia su apuesta de convivencia con la naturaleza, el aprovechamiento de los recursos que lo rodean y el trabajo conjunto con productores artesanos. La idea es como cabe suponer la de diferenciar de alguna forma el trabajo de compromiso con el entorno y la eficiencia energética.

Revisar la lista en profundidad permite además apreciar la benevolencia de Repsol en muchos casos. Primero antes las restrictivas condiciones de trabajo, y después ante el incierto futuro de muchos restaurantes a medio gas o directamente cerrados sin más noticia. Restaurantes como los del grupo elBarri en Barcelona (Tickets, Enigma) o Santceloni en Madrid, cuyo futuro ha estado en cuestión, dejan a las claras que no era día para dar malas noticias, y que la esperanza de los restauradores y de la guía en que las cosas mejoran a corto plazo es compartida. En ese sentido la lista es generosa como de costumbre, llega hasta donde otras no lo suelen hacer, y justo por eso es querida y respetada en el mundo gastronómico, que parece ver aquí siempre resarcidos sus anhelos incumplidos.