Alovera Beach, la macroplaya artificial que estará a 30 minutos de Madrid

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Alovera Beach quiere hacer posible el acceso a la playa de los madrileños y los pueblos de alrededor, se prevé que abra las puertas en el verano de 2023.

Esta playa artificial estará situada en un pequeño pueblo de Guadalajara y ya se dice que puede ser la más grande de Europa. El recinto contará con chiringuitos, actividades de ocio, toboganes e incluso se podrá navegar en velero.

La constructora será Grupo Rayet, una empresa con mucha presencia en Guadalajara, propietaria de muchas de las viviendas de la zona. Estaría ubicada en el sector l-15 Las Suertes y ayudaría a regenerar una zona muy degradada medioambientalmente.

Entretenimiento, toboganes, vela, restaurantes…

El elemento central del proyecto es la gran lámina de agua de casi 25.000 m2 rodeada por una playa urbana y contará con 5 zonas diferenciadas: lámina de agua y de playa, equipamiento deportivo y entretenimiento, torres de toboganes y piscinas infantiles, escuela de vela y deportes naúticos y restauración y servicios.

Alovera Beach tendrá un consumo mínimo de agua, ya que principal ventaja es que sólo se llenará una vez, a diferencia de las piscinas convencionales y además se regenerará constantemente.

Por otra parte, generaría 330 puestos de trabajo directos e indirectos y tendrá un parking con más de 1.000 plazas. Por el momento, queda pendiente la publicación de las condiciones para sacar el proyecto a concurso público.

Críticas al proyecto

No obstante, también se ha generado polémica sobre este proyecto ya que vecinos y ecologistas no están de acuerdo ya que produciría un enorme impacto ambiental. Ecologistas en Acción Guadalajara ha presentado frente al Ayuntamiento de Alovera su oposición.

«Representa numerosas inconcreciones, sobre todo en lo que se refiere a los recursos hídricos requeridos, a la depuración de las aguas residuales y a la movilidad en el propio municipio», dice la queja.

Sin embargo, el proyecto ya tiene varios informes de sostenibilidad aprobados y cuenta con el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Tajo y que además consumiría la mitad de agua que el riego de un parque convencional y 40 o 50 veces menos que el mantenimiento de un campo de golf.