“La oficina de Hawking, que también representa una oportunidad única para capturar la disciplina abstracta de la física teórica en forma de material”, escribe el museo en su comunicado, “se une a un grupo muy pequeño de espacios preservados de importancia científica, como el taller del inventor James Watt, en el Museo de Ciencias”.
Un tesoro que expone la vida de Stephen Hawking
La exposición nace a raíz de un acuerdo entre el gobierno del Reino Unido, el Science Museum Group y la Biblioteca de la Universidad de Cambridge. El enorme archivo de documentos científicos y personales de Hawking permanecerá en Cambridge, mientras que todo el contenido de la oficina de Hawking estará en el museo.
Además de los lentes y su silla de ruedas, el Museo de Ciencias de Londres contará con uno de sus primeros sintetizadores de voz y cartas firmadas a papas, presidentes y científicos.
El archivo de Hawking cuenta con una de las cinco copias de su tesis doctoral, Propiedades de un universo en expansión, singularidades y geometría del espacio-tiempo, que abrió un período de colaboración con Roger Penrose. También está Black Hole Explosions, junto a libros que influyeron en el físico, además de copias personales y varias ediciones de A Brief History of Time, el best seller de Hawking de 1988.
Más objetos curiosos de la colección
Una particularidad con respecto a los lentes: el equipo de comunicaciones de Hawking podía controlarlo con sus dedos hasta 2008. Desde entonces, por la evolución de su enfermedad, no pudo utilizarlos más. Sus colaboradores desarrollaron un sistema LED con un receptor infrarrojo en sus gafas que recibía sus órdenes con un interruptor de encendido y apagado.
Otros de los objetos curiosos son las apuestas científicas de Hawking, con su huella digital. El físico apostaba con sus amigos y compañeros, Kip Thorne y John Preskill, sobre el resultado de los debates científicos.
Con los objetos, las generaciones futuras “podrán ahondar en la mente de un científico que desafió las leyes de la medicina para reescribir las leyes de la física y tocar el corazón de millones de personas”, describió Sir Ian Blatchford, director del Science Museum Group.
“Era una figura icónica no sólo en esta universidad y ciudad, sino en todo el mundo”, apunta en Sky Stephen J. Toope, vicerrector de Cambridge, “una inspiración para todos los que lo conocieron, y admirados por muchos, incluyéndome a mí”.