Los envases son 100 por ciento biodegradables.
Mientras menos plástico se fabrique, el planeta eventualmente lo va a terminar agradeciendo. Este material tarda entre 100 y mil años en descomponerse. Por lo tanto, resulta en uno de los elementos de mayor contaminación para la Tierra. Entonces, con la intención de reducir las emisiones de dióxido de carbono, múltiples científicos intentan encontrar una alternativa a estos componentes que se utilizan prácticamente para todo.
La idea no es encontrar simplemente una alternativa, porque envases de otros materiales, que no sean contaminantes, seguramente hay en cualquier parte del mundo. El verdadero reto está en combinar un material resistente, si es posible biodegradable, y que sea igual o más económico que el plástico. De esta manera, se podría avanzar en esfuerzos para comenzar a dejar de lado el duradero material.
Persiguiendo dicho objetivo aparece una investigación de un grupo de científicos de un instituto en Dinamarca. Los expertos encontraron la alternativa al plástico, en las mismas plantas, specíficamente en la fibra de pasto. Por ahora, con este material se podrían sustituir los envases o recipientes en los que las cadenas de comida rápida sirven sus alimentos.
De entrada, suplantar estos envases sería un paso gigantesco para evitar el uso del plástico. La pandemia, hizo que gran parte del planeta use los servicios de delivery y esto, progresivamente, aumenta el uso del material contaminante.
La planta por el plástico
Tal y como lo detalla el portal citado, el proyecto lleva como nombre SinProPack. Y su objetivo principal, obviamente en pro de la preservación del planeta, es aportar con la reducción del dióxido de carbono. En concreto, pretenden evitar que se emitan unas 210 mil toneladas métricas de este elemento. Asimismo, se reduce la fabricación de unos 10 kilotones de plástico desechable.
Según lo expresa la Universidad de Aarhus, casa de estudios de los científicos de este proyecto, en Dinamarca se utilizan 10.000 toneladas de envases de comida para llevar, anualmente. Entonces, debido al elevado volumen de biomasa verde que presenta este país, ven como algo inaceptable que no se haya tomado esta alternativa anteriormente.
“Los envases desechables hechos de hierba aportan muchos beneficios medioambientales. El envase será 100% biodegradable, por lo que si alguien deja caer accidentalmente su envase en la naturaleza, se descompondrá naturalmente”, explica Anne Christine Steenkjær Hastrup, directora del centro del Instituto Tecnológico Danés.
¿Cómo funciona?
Dinamarca es un país en el que la biomasa verde es un recurso muy accesible. Entonces practican la biorefinación verde con la intención de producir proteínas. Por lo tanto, este proceso ya se considera una práctica común, debido a los altos rendimientos de biomasa probados. Además, tiene efectos positivos en el ambiente y potencialmente se usa la biomasa sin explotar de áreas bajas improductivas como prados.
“Después de cosechar la hierba y extraer la proteína para la alimentación animal, podemos refinar y pulpar las fibras de la hierba para obtener celulosa, a partir de la cual podemos producir envases. De esta manera, podemos utilizar y aumentar el valor de una corriente secundaria de la producción de proteínas. Es una excelente manera de crear valor agregado para el biorrefinado, ya que no toda la fibra de pasto se puede usar necesariamente como alimento para el ganado”, dijo Morten Ambye-Jensen, profesor asistente del Departamento de Ingeniería Química y Biológica de la Universidad de Aarhus.