Del mismo tamaño que ocupan el en espacio, es la cantidad de misterios que esconden.
Se ubican entre los objetos más grandes (conocidos) que tiene el universo. Millones de soles podrían caber en uno y así como son de inmensos, esconden una cantidad inimaginable de misterios. Se trata de los agujeros negros, de los cuáles, de a poco se van descubriendo secretos desde que lograron fotografiar uno por primera vez, hace dos años, aproximadamente. Lo más reciente, y que impresiona al mundo de la ciencia, tiene cómo protagonistas a físicos y expertos chilenos. Pues desde el territorio austral lograron diseñar un material que imita uno de los comportamientos más característicos de estos gigantes interestelares.
Los agujeros negros son regiones del universo en dónde la densidad es tan intensa que ni la luz logra escapar de ella. Por lo tanto, hacia este comportamiento fue que científicos del Instituto Milenio para la Investigación en Óptica (MIRO).
“Nuestro modelo imita una de las propiedades de dichos objetos cósmicos. Me refiero a que propusimos algo con la capacidad de impedir que la luz lo traspase”, explicó Marcel Clerc, académico del Departamento de Física FCFM de la Universidad de Chile.
“Imagínate que tienes un material, mejor dicho un metamaterial que es capaz de cubrir una habitación, a ella no le llegara la luz, las ondas de radio, ni las ondas de choque. Lo que investigamos es algo que no existe, pero que cuando lo haga tendrá aplicaciones insospechadas”, añadió Clerc, quién también ocupa el cargo de subdirector en el Instituto MIRO.
Los metamateriales
Los metamateriales reciben una definición, corta, genérica y precisa, de parte de Humberto Palza, director del Núcleo Milenio de Metamateriales. El experto indica que son “materiales cuya estructura y diseño le otorga condiciones únicas. Es algo así como dotarlo de inteligencia”.
Entonces, uno de los participantes de esta investigación, David Pinto, buscó la manera de que el metamaterial pueda autoensamblarse. Y que además lo haga utilizando sus propiedades físicas y sin intervención externa, como un combustible, por ejemplo.
“Este mecanismo se basa en la inclusión de nuevos materiales artificiales capaces de orientar, por ejemplo, la propagación de la energía. Esto puede generar autoensamblaje de comportamientos intercalados, formando un patrón o estructura”, dice Pinto, que actualmente es estudiante del doctorado en Física FCFM de la Universidad de Chile.
Por ahora los investigadores ofrecen detalles de que este es un descubrimiento netamente teórico. Ahora, deben buscar la colaboración de físicos experimentales para estudiar a fondo el artículo. Después de esto se podría llegar a considerar ensayos reales.
Agujeros negros: claves en los rayos cósmicos
El Messier 87 (M87) se convirtió aproximadamente hace dos años, en el primer agujero negro fotografiado de la historia. Y aunque pueda parecer que solo se trate de una hazaña visual o que enaltezca la tecnología que alcanzaron los seres humanos en las herramientas, hay mucho más detrás de este logro.
Tener una visual de un fenómeno del cual se teoriza, al menos en referencia, desde hace siglos, es de una gran utilidad. En dicho orden de ideas, lograr fotografiar al M87 finalmente podría revelar el misterio de los rayos cósmicos.
Una nueva serie de imágenes captadas del M87 detectan como el agujero dispara chorros que producen luz. El fenómeno abarca todo el espectro electromagnético de la región que van desde ondas de radio invisibles hasta luz visible. Además de rayos gamma radiactivos superpoderosos.