El usuario cede los datos personales, de salud, de todos sus contactos y de cada uno de sus movimientos, a cambio de algo tan valioso como la protección de su salud y la de su entorno.
De esta forma, la crisis del COVID-19 ha provocado un gran cambio en la mentalidad de los españoles, ahora con menos preocupación por la privacidad que hace tres meses. En concreto, esta cifra ha bajado del 56% al 45% entre enero y abril. Y lo mismo ha sucedido en Italia, cuya caída oscila entre el 52% al 39% en el mismo período. Por lo pronto, España lanzará en los próximos días una aplicación móvil de rastreo de coronavirus que pretende convertirse en la herramienta más eficaz para controlar futuros brotes. A cambio de la cesión voluntaria de una parte de la privacidad de los usuarios, éstos obtendrán ciertos beneficios en cuanto a seguridad y salud.
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La aplicación móvil que actualmente se está probando en la Comunidad Canaria, y que en los próximos días se lanzará en España, incorpora los APIs (interfaz de programación de aplicaciones) de Apple y Google. De esa forma, el software de creación de servicios digitales puede abarcar la práctica totalidad de los usuarios de móviles, tanto los de iOS como los de Android. Entre otras ventajas, el software dispone de un diseño descentralizado de forma que la información no se almacena en un centro de datos o en la nube sino que se conserva en el propio dispositivo de forma local.
Algo parecido sucede en Francia, cuyos ciudadanos ya pueden descargarse una aplicación en el móvil, de forma gratuita y voluntaria, para evitar contagios por coronavirus a través del control de la propagación. Y lo mismo sucede en otros muchos países del mundo, aunque la iniciativa gala ha requerido la aprobación de la Asamblea Nacional francesa. China fue el primer país en aprovechar la fuerza del móvil como herramienta de control, localización e información. Los mismos recursos utilizan en Israel, Singapur y Corea del Sur, en todos los casos con funciones precisas de rastreo y trazabilidad de los usuarios y sus contactos. Australia y Alemania trabajan a toda velocidad en el asunto. Para los países miembros de la UE, este tipo de aplicaciones deben cumplir con la normativa de protección de datos, lo que incluye el consentimiento de los usuarios y su carácter voluntario.
API de Apple y Google
Pendiente de llegar a España se encuentra la API que han diseñado Google y Apple. Pueden llevarse fatal en los negocios y enseñarse los dientes en el mercado, pero en la desgracia global han decidido actuar como hermanos. Así, las dos empresas avanzarán de la mano con el desarrollo de una aplicación común para sus smartphones. A partir de mayo, los dos sistemas operativos intercambiarán información para rastrear la COVID-19 y advertir a los ciudadanos que hayan estado cerca de algún infectado con el coronavirus.
Para que funcione el prodigio, las personas que tengan o hayan tenido recientemente la COVID-19 tienen que señalar su situación a través de la herramienta. A continuación, este software se encargará de detectar a la población que ha estado próxima a ese foco de coronavirus para recomendar el periodo de cuarentena, sin necesidad de que lo haga directamente ninguna autoridad sanitaria. La señal de potencial peligro se activaría en el teléfono con la ayuda del bluetooth, a solo pocos metros del posible riesgo. La fuerza de las dos compañías para emprender este tipo de proyectos es colosal ya que sus plataformas (iOS y Android) alcanzan a más del 96% de la población mundial. Ambas tecnológicas han dejado claro que el software respetará la privacidad y confidencialidad de las personas que participen en la iniciativa, siempre de forma anónima y voluntaria. Si una persona que usa la aplicación cae enferma de la COVID-19, debe ser posible, en teoría, localizar a sus contactos -si también llevan el dispositivo en el móvil-, incluso a aquéllos que con quienes ha compartido solo un rato en el metro o en un tren. Se ha establecido, como norma general, que un caso de contacto es haber estado a menos de un metro de una persona durante, al menos, 15 minutos.
CoronaMadrid
La app promovida por la Comunidad de Madrid, con la colaboración de Telefónica, fue la solución móvil más madrugadora del país. El sistema de autoevaulación exige introducir los datos de contacto, la respuesta a un cuestionario para ayudar a conocer sobre el estado de la salud y numerosas instrucciones y recomendaciones en función de los síntomas percibidos.
Covid-19.es
El País Vasco hizo lo propio con Covi-19.eus, también de autodiagnóstico, con la ventaja de que, en caso de posible contagio, la aplicación puede avisar al círculo de personas con las que ha existido contacto y que podría considerarse vector de riesgo.
Covid19 Cat
Cataluña dispone de la aplicación bautizada Stop Covid19 Cat, que no solo ofrece información fiable a los usuarios que consultan los síntomas, sino que también permite realizar estadísticas por zonas geográficas y edades.