La Jota reconocida como Símbolo Emblemático del Patrimonio Cultural Inmaterial por el Ministerio de Cultura

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El Ministerio de Cultura y Deporte ha declarado la jota como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial por tratarse, dice, “del más extendido, diverso, dinamizado y reinterpretado de todos los géneros tradicionales que componen el variado mapa sonoro y musical de España”.

El Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, ha incoado el expediente para esta declaración después de que el Consejo de Patrimonio Histórico, en el que participan todas las comunidades autónomas, acordara la declaración en la reunión celebrada el pasado octubre en Zaragoza.

La declaración como manifestación representativa es un paso más en la tramitación del expediente de candidatura de la jota a Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, en el que participan 15 comunidades autónomas y que está coordinado por el Ministerio.

Así, será el Consejo de Ministros quien, en el plazo máximo de un año, podrá acordar la declaración definitiva, que se materializará mediante un Real Decreto.

La jota hace referencia a un género tradicional muy popular de música, cante y baile desarrollado hasta el momento actual, con un patrón general en su base y una serie de particularidades y especificidades que hacen de ella una manifestación diversa, recreada y reinterpretada de forma constante y dinámica por las comunidades portadoras, destaca Cultura.

Dentro de los valores culturales que aporta la jota como género tradicional destaca su interiorización por parte de los individuos y las comunidades, formando parte de las expresiones populares en la práctica totalidad del territorio español y convirtiéndose en un potente elemento de cohesión social e identificación de sus señas de identidad, indica el Ministerio.

Sin embargo, se ha tenido en cuenta que la jota “se enfrenta a múltiples riesgos y amenazas, como las influencias exteriores, la globalización, la fosilización, la reconsideración negativa por parte de la sociedad, la pérdida de especificidad motivada por políticas globalizadoras o la falta de relevo generacional”.