América Latina y la Unión Europea buscan fortalecer sus relaciones en una cumbre de alto nivel

Celac UE
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Los presidentes y representantes de los 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra se darán cita a partir del viernes en República Dominicana para la vigésimo octava edición de la Cumbre Iberoamericana en la que se buscará relanzar las relaciones entre los gobiernos latinoamericanos y la Unión Europea, eclipsadas en el último año por la crisis que se desató tras la invasión rusa a Ucrania.

Dejando atrás las secuelas de la pandemia del coronavirus, que obligó a la mayoría de los presidentes a participar de forma virtual en la última cumbre del 2021 en Andorra, los integrantes del bloque internacional se reunirán de manera presencial entre el 24 y 25 de marzo en la isla caribeña para debatir sobre políticas medioambientales, derechos digitales, seguridad alimentaria y arquitectura financiera internacional.

El secretario general iberoamericano, el chileno Andrés Allamand, indicó que se aprovechará la cumbre para relanzar las relaciones entre Latinoamérica, el Caribe y la UE. Para ello, se buscará el apoyo del Alto Representante del bloque europeo para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien participará como invitado en el foro.

En los últimos meses, Borrell ha intensificado los esfuerzos para lograr el acercamiento entre las regiones. El jefe de la diplomacia europea realizó gestiones en ese sentido durante la III Cumbre de Ministros y Ministras de Relaciones Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y UE que se efectuó en octubre pasado en Buenos Aires.

Carlos Cerda Dueñas, académico de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, afirmó que esta cumbre “puede ser el empuje” para estrechar las relaciones, especialmente en el área comercial y financiera, que se han “enfriado” por la crisis de Ucrania. Agregó que el hecho de que España asuma en julio la presidencia del Consejo de la Unión Europea puede abonar esfuerzos en ese sentido.

Pero la ausencia en la cumbre de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y de México, Andrés Manuel López Obrador, deja en duda el interés de los dos países más grandes de la región en sumarse a esa iniciativa de acercamiento. Hasta la fecha, los organizadores de la cumbre han confirmado la participación 14 presidentes y vicepresidentes.

Además de los cuatro temas centrales que se discutirán en la cumbre, Chile y República Dominicana han adelantado que llevarán al foro la problemática de migración que enfrenta la región, que se ha agravado en los últimos años por el flujo de más de 7 millones de venezolanos que han salido del país suramericano para escapar de la crisis económica y social.

En ese sentido, el presidente chileno, Gabriel Boric, anunció a mediados de mes que sostendrá una reunión con los “presidentes amigos” de América Latina para abordar el tema de la migración irregular. El asunto se ha convertido en las últimas semanas en un dolor de cabeza para su gobierno, luego de que ordenara el envío de militares a la zona norte de Chile para reforzar el control fronterizo ante el ingreso masivo de miles de migrantes, en su mayoría venezolanos.

Boric indicó que sostendría un encuentro con los presidentes de Argentina, Honduras, Colombia, Bolivia y México para discutir sobre esa problemática. La oficina de prensa de la presidencia chilena informó que la reunión se efectuaría en el marco de la Cumbre Iberoamericana.

Al respecto, Cerda Dueñas dijo que la discusión sobre el tema migratorio es posible que “ensombrezca” la cumbre, debido a que hay posiciones encontradas entre algunos socios del bloque como Venezuela y Bolivia, que han cuestionado la política de expulsión de migrantes ilegales promovida por Chile.

Durante el foro se espera que los 22 miembros del bloque aprueben un plan cuatrienal de cooperación iberoamericana y cuatro instrumentos que incluyen una carta medioambiental en la que se establecen lineamientos para orientar las políticas públicas de los países sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.

Asimismo, está en agenda una carta de derechos digitales para promover legislaciones nacionales en esa materia, un documento sobre estrategias para alcanzar la seguridad alimentaria y un comunicado sobre arquitectura financiera internacional que busca estimular condiciones para que las naciones iberoamericanas puedan afrontar la recuperación en la postpandemia, la transición energética y la adaptación climática.