Cuando la dieta no cubre nuestras necesidades se puede producir un déficit nutricional, empeorando el sistema inmunitario. No aportar suficientes nutrientes como la fibra, proteínas, vitaminas y minerales con la alimentación hace que aumente el riesgo de presentar infecciones y con un peor pronóstico, más en este invierno, donde las infecciones respiratorias están siendo más frecuentes de lo que nos gustaría.
“Cuando el tratamiento dietético no está ajustado a las necesidades de la persona puede afectar negativamente al sistema inmunitario, disminuyendo las defensas y deteriorando el funcionamiento del tiroides, del páncreas o la función intestinal, favoreciendo a su vez el estreñimiento”, afirma Lourdes De la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba, quien insiste en la importancia de seguir una alimentación saludable debido a la estrecha relación que se da entre la nutrición, el sistema inmunitario y las posibles infecciones a las que está expuesto.
Así, y a la hora de afrontar una infección respiratoria, ve importante realizar una alimentación saludable antes, durante y después del contagio. “Solo así, además de reducir el riesgo de enfermedades como la obesidad, también evitaremos complicaciones como la diabetes, la hipertensión o el ictus, que presentan peor pronóstico en las infecciones”, remarca esta especialista en Nutrición.
El ‘poder’ de los alimentos antiinflamatorios
Asegura, en este sentido, que el sistema inmunitario “se puede mejorar con la alimentación”, consumiendo alimentos principalmente antiinflamatorios, como son las frutas, las verduras, las legumbres, los frutos secos y los cereales integrales, e intentando disminuir el consumo de alimentos que contengan ingredientes no saludables, como la bollería industrial y las bebidas azucaradas. “De este modo conseguiremos un estado nutricional óptimo y un aumento de las defensas”.
Por ejemplo, señala De la Bastida que se puede empezar el día con un yogur con nueces y un plátano, así como con una tostada de pan integral con aceite de oliva virgen extra, y con una naranja o copos de avena con almendras y arándanos. “Todas estas opciones de desayuno nos aportan buenos nutrientes para comenzar la jornada”, afirma.
Cuidado con las dietas milagro
Y es que la educación nutricional proporciona “mejoras notables” en la calidad de vida de la persona frente a las dietas milagro, “un peligro real para la salud”. “El peligro de las dietas milagro reside en que esa ingesta deficiente de nutrientes que conllevan puede producir trastornos metabólicos, gastrointestinales, así como insomnio, ansiedad, irritabilidad, aparte de una distorsión de la imagen corporal”, avisa la experta de Quirónsalud Córdoba.
De hecho, De la Bastida sostiene que es muy frecuente encontrar “propuestas atractivas con resultados prometedores y apetecibles” para perder peso, como las mencionadas ‘dietas milagro’ u otros tratamientos que hacen creer que se puede lograr pérdida de peso sin esfuerzo: “Ante este tipo de propuestas debemos tener cuidado porque pueden representar un peligro real para la salud».
Por eso insiste en que la educación nutricional, a diferencia de las dietas, va a proporcionar mejoras notables a largo plazo, variedad alimentaria y conseguir que llevemos una vida saludable, especialmente si queremos perder peso: “Lo más importante es que haya adherencia al tratamiento nutricional en el tiempo, y para ello es fundamental que la persona disfrute del proceso de cambio de hábitos y que sean sostenibles”.
Pautas para nuestra dieta invernal
De la Bastida aconseja en este sentido planificar las comidas y la lista de la compra de la semana para tener una alimentación más variada y equilibrada en estos meses. “Añadir verduras de temporada, guisos, legumbres y cremas de verduras como platos principales en nuestra dieta nos mantendrá más saludables durante el invierno”, sostiene.
Asimismo, considera que incluir frutas de temporada (caqui, mandarina, naranja, etc.) como tentempié o postre también favorece la hidratación. “Un buen tentempié para tomar en el trabajo puede ser nueces con mandarina, yogur natural con un plátano o infusión con una fruta”, insiste.
Y a la hora de perder peso, sostiene esta experta en nutrición, los objetivos deben ser “específicos, medibles, alcanzables, realistas” y que se puedan realizar a corto plazo. Por ejemplo, un buen objetivo podría ser tomar solo un vaso de refresco al día en personas que toman un litro diariamente, en vez de prohibir directamente su consumo.
“Expresiones como ‘vas a perder 15 kilos en un mes’ no tienen sentido porque difícilmente se puede conseguir de manera saludable”, segura la nutricionista de Quirónsalud Córdoba. Valorar la evolución simplemente con el peso o montarnos diariamente en la báscula para ver el peso perdido tampoco ayuda, por lo que insiste en la importancia de acudir a un especialista para seguir el tratamiento más adecuado.