La obra Jauría, de Kamikaze Producciones, Milonga, Hause & Richman con adaptación de Jordi Casanovas; Shock(El Cóndor y el Puma), de Andrés Lima; y la coreografía infantil Play, fueron las máximas ganadoras este lunes por la noche en la XXIII edición de los Premios Max. El premio a la mejor actriz protagonista fue para Verónica Forqué por Las cosas que se que son verdad, y Lluis Homar obtuvo el de mejor actor por La nieta del señor Linh.
Jauría, que puso en escena unos hechos reales -el juicio a La Manada por la violación en grupo de una joven en los Sanfermines de 2016-, se alzó con el premio más importante, del de mejor espectáculo de teatro, y el de mejor versión teatral (Casanovas).
La obra documental del Centro Dramático Nacional Shock (El cóndor y el puma), que partía con cuatro candidaturas, se llevó los premios de mejor dirección de escena (Lima) y mejor diseño de espacio escénico (Beatriz San Juan).
Play, de Aracaladanza, S.L, Teatros del Canal, Sadler’s Wells Theatre, Grec Festival de Barcelona, Comunidad de Madrid y Shanghai Children’s Art Theatre, logró los premios de mejor diseño de vestuario, mejor diseño de iluminación y mejor composición musical.
La edición «más excepcional», a causa de la pandemia, de las XXIII que se han celebrado de los Premios Max, fue un clamor exigiendo para las artes escénicas el mismo aforo que para un avión. Celebrada en el Teatro Cervantes de Málaga, al 50% de su capacidad y sin alfombra roja por las restricciones de la pandemia, la gala, de 130 minutos y transmitida por La 2 de TVE, fue también un recordatorio para todos de que la cultura y el teatro son «seguros» y es necesario que todos, artistas y público, vuelvan a encontrarse.
«Como un queso Gruyere»
El presidente de la SGAE, Antonio Onetti, y Juan José Solana, el de la Fundación SGAE, convocante de los premios, leyeron al alimón un texto en el que aseguraron las artes escénicas están «como un queso Gruyere», «llenas de agujeros».
«Esta es sin duda la gala más excepcional de los Max de las que hemos vivido, a la que hemos llegado tras un largo proceso de incertidumbre, de dudas, de problemas logísticos», afirmaron.
El teatro estaba al 50% de su aforo porque no se permite «llenar el aforo de los teatros, los cines o las salas de conciertos, y eso a pesar de que con mascarilla son seguros porque aquí nadie come, ni bebe ni habla», denunciaron en la ceremonia, presidida por el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes.
«¿No es la cultura la esencia de la Marca España? ¿No somos más del 1% del PIB? Pues se nos está desintegrando el tejido cultural. Señores del Gobierno, necesitamos que se nos escuche, que se nos tenga en cuenta y que podamos trabajar», añadieron.
«Que nos dejen llenar los teatros»
En esta edición, solo 500 personas pudieron asistir a la gala en la que muchos de los comentarios de los 19 ganadores, de entre 60 finalistas, se refirieron a la situación que vive la Cultura.
«Menos mal que la gala ha sido en Málaga, porque si hubiera sido en Valladolid solo habrían dejado un aforo de 25 personas en el teatro», ironizó Elisa Sanz, ganadora del premio a Mejor Diseño de Vestuario por Play, quien recalcó que las artes escénicas son «seguras».
«Que nos dejen llenar los teatros igual que venía el avión que nos ha traído a Málaga, es decir, aforo completo», afirmó en la gala Tian Gambau, ganador con Zapatos nuevos del premio a mejor espectáculo infantil o juvenil.
La directora general del Inaem, Amaya de Miguel, señaló a los periodistas tras recoger el premio al mejor espectáculo musical o lirico otorgado a Doña Francisquita, del Teatro de la Zarzuela, que aunque los aforos son responsabilidad de las comunidades autónomas, la Cultura es «segura»: «hemos tenido multitud de festivales este verano y no ha habido ningún problema».
«Un momento difícil»
El vencedor en la categoría de mejor composición musical, Luis Miguel Cobo (Play), le dedicó su Max a «la valentía de la gente que va a llenar los teatros, y Marcos Flores, mejor intérprete masculino de danza, recordó a todos los trabajadores de los tablaos «que están pasando una situación muy difícil».
Andrés Lima, mejor director de escena por Shock, recalcó que «estamos en un momento difícil por no decir jodido» y dedicó su premio «a todos los desaparecidos de todas las dictaduras y a sus madres, de España, de Chile y de Argentina, y a la memoria de Salvador Allende».
Verónica Forqué, vestida con una túnica estampada con pezones y vaginas y una banda en la que denunciaba la ausencia de «personas negras racializadas» entre los nominados, se declaró emocionada como nunca -«son las drogas», bromeó- y se lo dedicó a su familia, a su madre «y a la República».