¿Cómo es posible que sobre la nieve virgen del Teide, en áreas no visitables, se puedan encontrar microplásticos o que sobre los acuíferos de la isla menos turistificada de Canarias, El Hierro, haya rastro de contaminantes presentes en la crema solar, como bloqueadores de rayos ultravioleta?
Dos estudios diferentes publicados en los últimos quince días por la revista “Science of the Total Environment” abordan estas cuestiones y apuntan, en el caso del Parque Nacional, a los movimientos de masas de aire atmosférico, que transportarían y depositarían los microplásticos, en los dos casos estudiados, tras dos episodios de tormenta.
“El análisis de muestras observa una cantidad importante de deposición de microplásticos en este área, entre los cuales prevalecen las microfibras azules y negras de longitud de 250-750 micrómetros (μm). La mayoría de las microfibras analizadas tienen una naturaleza celulósica (ya sea natural o semisintética), seguidas por polímeros sintéticos como PES (Poliéter sulfona), PA (nylon) y acrílico”, apuntan las conclusiones del primero de los estudios.
Los seis autores del artículo, vinculados al Departamento de Química de la Universidad de La Laguna (ULL), señalan que estos resultados concuerdan con trabajos similares previos en la literatura y sugieren que esos contaminantes podrían ser liberados por tejidos.
EL TEIDE, RECEPTOR DE MICROPLÁSTICOS
A partir de los resultados de este trabajo, se puede inferir que el Parque Nacional del Teide actúa como “receptor” de microplásticos, tanto de fuentes locales como de larga distancia.
Además de los microplásticos que caen desde la atmósfera con las gotas de lluvia o los copos de nieve, los científicos apuntan directamente a las actividades humanas al aire libre en la nieve, como el senderismo o el uso de trineos, por ejemplo.
Este tipo de elementos “parecen estar introduciendo cantidades importantes de microplásticos en el parque, en coincidencia con resultados previos informados en otras regiones del mundo”.
Esta situación se da también, según mencionan los autores, en la nieve virgen de lugares como el monte Everest o los Andes, si bien el estudio sobre la presencia de microplásticos en la nieve del Teide es el primero que se hace en territorio español.
UNA ADVERTENCIA
Aunque los científicos de la ULL apuntan que es preciso desarrollar más estudios para confirmar este asunto, una vez que se derrite la nieve, los microplásticos “podrían moverse hacia el suelo, potencialmente alcanzando las aguas subterráneas o movilizándose a otras partes del territorio con el flujo de escorrentía”.
Esto tiene, agregan, posteriores efectos fisicoquímicos y biológicos en los recursos del suelo y el agua.
En este sentido, indican que proyectos futuros podrían analizar los efectos de estos microplásticos en el suelo y en las aguas subterráneas de la isla, a la par que apelan a la necesidad de desarrollar más estudios de deposición seca o húmeda, y de simulación del transporte y deposición atmosférica en la región.
EL CASO DE EL HIERRO
Precisamente en el subsuelo y los acuíferos de El Hierro, vitales para el suministro de la agricultura, el turismo y la población local, se han fijado nueve científicos vinculados a diferentes instituciones como el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), del departamento de Ingeniería Agraria de la ULL o el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua-CSIC (IDAEA), entre otros.
Así, los investigadores, que han buscado la presencia de hasta 70 componentes de contaminantes emergentes, de los que se han encontrado tan solo 28, indican que aunque la alta permeabilidad de los basaltos modernos y antiguos hace que este acuífero es “bastante vulnerable”, el agua subterránea de El Hierro generalmente se encuentra “en buenas condiciones”.
SIN PESTICIDAS PERO CON CREMA SOLAR
De este modo, las conclusiones del artículo muestran que ninguno de los pesticidas más habituales se detecta en el agua del subsuelo herreño, algo que achacan a la pervivencia de prácticas agrícolas “tradicionales y ecológicas”, ya que en otras islas como Gran Canaria y Tenerife la presencia de pesticidas en los acuíferos es común.
“Este descubrimiento -la ausencia de pesticidas- es incluso más importante considerando que, en general, los pesticidas suelen ser los contaminantes emergentes más comunes en los estudios que analizan el suelo y el agua”, añaden los investigadores.
Así, se encontraron más de la mitad de los filtros y bloqueadores ultravioleta que intentaron detectar, componentes presentes en la crema solar como el benzotriazol, que es también común en otros cosméticos o en productos contra la oxidación.
También hallaron componentes presentes en medicamentos, como el ácido acetilsalicílico (aspirina) o en el champú y tratamientos contra el acné.
LA SORPRESA DE LA CAFEÍNA
Por último, la presencia de cafeína, excretada a través de la orina, ha generado preguntas entre los científicos, que apuntan a que, aunque es normal encontrarla en aguas superficiales porque la ingesta de esa sustancia es común entre la población, en condiciones normales no tendría por qué llegar al agua del subsuelo, ya que la cafeína se degrada rápidamente por los efectos de los rayos ultravioleta.
Pero dan una posible razón: es habitual que en la isla la población tenga en sus casas fosas sépticas como método depurativo, “con amplio uso”, y que estas a tengan fugas y causen derrames al suelo de los alrededores.