El secreto de las cooperativas andaluzas para ganar la batalla a la pandemia

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La Economía Social ha jugado un papel esencial durante el estado de alarma en Andalucía, contribuyendo al abastecimiento agroalimentario y a los servicios de asistencia social.

Pese a la paralización del país por la crisis del coronavirus, las cooperativas andaluzas han seguido generando empleo, con la creación de 62 nuevas entidades durante estos complicados meses.

Cabe destacar que este sector representa el 10% del PIB andaluz y cuenta con 5.341 empresas y más de 81.700 trabajadores, lo que supone uno de cada cinco empleados del área en España.

Esta buena marcha se hace evidente en subsectores como el de la fresa, por ejemplo, donde la campaña se ha desarrollado al cien por cien y ha empleado a más de 125.000 trabajadores. Además, se alcanzó un nuevo récord en exportaciones, con 475 millones de euros vendidos en el primer trimestre de 2020, su máximo histórico para los tres primeros meses de un año desde que existen registros homologables.

Pero no solo hay que considerar el aspecto cuantitativo, sino también el cualitativo al hablar de economía social y empleo. Las empresas de economía social en Andalucía tienen niveles de empleo más elevados que la media, siendo este empleo más igualitario entre hombres y mujeres, con mayor presencia de jóvenes, más estable y con mayor orientación al sector industrial.

Además de esto, cooperativas y otras empresas de economía social han ayudado con donaciones u otras acciones solidarias a médicos, residencias, personas en riesgo de exclusión, otros trabajadores de la pandemia.

Como explican desde el Gobierno autonómico, la economía social representa un ejemplo en la apuesta por el trabajo en común, y son sinónimo de implicación de trabajadores y proyecto empresarial en la mejora de las relaciones laborales, a la vez que de innovación, adaptabilidad y presencia en la sociedad.

Apuesta por el sector

Para seguir apostando por su crecimiento y desarrollo, Andalucía prepara nuevas líneas de apoyo al sector destinadas a favorecer su ampliación de tamaño y productividad.

Estas iniciativas se suman a las desarrolladas durante el estado de alarma, tiempo en el que la comunidad ha aprobado incentivos destinados a favorecer, a través de ayudas públicas, la financiación de los gastos de funcionamiento, organización y gestión de las principales entidades asociativas del sector, con objeto de mejorar el posicionamiento y la representatividad de la economía social andaluza. Como explican desde el Gobierno andaluz, para este objetivo se destinan este año 1,6 millones de euros.

También ha llevado a cabo una flexibilización del Fondo de Formación y Sostenibilidad, y se ha implementado la elaboración de nuevas ayudas directas dirigidas a Sociedades Cooperativas y Sociedades Laborales que incidan en profundizar en el acceso a la asistencia técnica que les permita mejorar y consolidar sus estructuras de organización y gestión; promover la ampliación de la dimensión de los proyectos cooperativos para mejorar su competitividad y valor añadido; y apoyar la modernización y mejora de la competitividad y productividad de estas empresas a través del apoyo de a la contratación de servicios avanzados para la transformación digital.

Andalucía cuenta con 660 cooperativas agroalimentarias, lo que supone el 22,4% del total de cooperativas españolas. Estas organizaciones facturan el 38% de toda la facturación de cooperativas agroalimentarias del país, una cantidad muy superior a la segunda posición, ocupada por la comunidad valenciana con el 9,5% del total.

En relación a los socios, las cooperativas agroalimentarias andaluzas cuentan con 285.700 participantes. Esto representa el 8% del PIB andaluz y el 10% del empleo.

Los principales productos agroalimentarios vendidos por Andalucía en el mercado internacional son las hortalizas, con 3.121 millones exportados en 2019, el 27,9% del total y un crecimiento del 8,7% respecto a 2018; las frutas, con ventas por 2.414 millones, el 21,6% y aumento del 5,4%; el aceite de oliva, con 2.382 millones, el 21,3%; las conservas hortofrutícolas, con 803 millones, el 7,2% y subida del 8,1%; y los pescados y mariscos, con 281 millones, el 2,5% del total.

También destacan las ventas de cereales y productos de la molinería, con 275 millones (2,5%) y una subida del 23,6%; las carnes y despojos congelados, con 233 millones (2,3%) y un incremento del 66%; los frutos secos, con 156 millones (1,4%) y aumento del 16% respecto a 2018; así como otras grasas y aceites, con 210 millones (1,9%).

Respecto a los mercados, Europa es el principal destino de estas ventas, aunque en 2019 se produjeron importantes crecimientos en las exportaciones a países no comunitarios como Estados Unidos y China, que aportaron diversificación a la factura exterior del sector.

Alemania es el primer mercado del agro andaluz en el mundo, con 1.811 millones, el 16,2% del total y un incremento del 5,2% respecto a 2018. Le siguen Francia, con 1.413 millones (12,6%); e Italia, con 1.261 millones (11,3%) y un aumento del 12,5%. En cuarto lugar se sitúa Reino Unido, con 1.030 millones (9,2%); y, en quinto, Portugal, con 815 millones (7,3%).

Por su parte el primer mercado extracomunitario y séptimo mundial es Estados Unidos, al que Andalucía vendió alimentos y bebidas en 2019 por valor de 740 millones (6,6%), un 9,1% más que en 2018; China se convierte en el segundo mercado y el que más crece de los 20 primeros, con un incremento de las ventas del 64% hasta los 274 millones de euros.

Pese a que no todas corresponden a cooperativas, es importante destacar que estas exportaciones aportan más de 1.000 millones al mes a la economía andaluza.