El Euro 7 alarma a los fabricantes de coches en Europa

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La UE, como reconoció el Parlamento al prohibir la venta de vehículos nuevos de gasolina o diésel desde 2035, «ha consagrado en su legislación el objetivo de reducir las emisiones netas a cero a más tardar en 2050». Con ese fin, están en marcha varias reformas y normativas como Euro 7, propuesta por la Comisión Europea el pasado otoño y que es la que más está alertando al sector de la automoción.

La normativa es una actualización de los límites de partículas contaminantes en vehículos de combustión vendidos en la UE, que comenzaron a aplicarse en 1992. Frente a la ahora vigente, Euro 6, la nueva normativa propuesta por la Comisión Europea endurece las condiciones especialmente para autobuses y camiones e iguala los de turismos diésel con los de gasolina. Cambian los criterios de medición y también se incorpora la medición de partículas de sistemas de freno y neumáticos.

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) se ha mostrado en contra de la norma alertando de que supone «un significativo endurecimiento» del anterior reglamento, haciendo hincapié en un aspecto: la medición de las emisiones se efectuará en condiciones reales de uso y los automóviles sujetos a la nueva normativa deberán cumplirla hasta los 200.000 kilómetros y diez años en circulación.

También se quejan de unos plazos «poco realistas»: está previsto que la norma entre en vigor en julio de 2025 para turismos y en 2027 para vehículos pesados.

Pese al esfuerzo exigido, los fabricantes afirman que en la práctica aplicar esta normativa será casi irrelevante para las emisiones: aseguran que aplicar los criterios Euro 7 frente a los actuales Euro 6 de aquí a 2035 supondría reducir sólo un 4% adicional de óxido de nitrógeno en coches y furgonetas y un 2% adicional en camiones, teniendo en cuenta los vehículos que se regirán por el nuevo sistema de todo el parque automovilístico y que para cuando la norma sea una realidad estarán ganando terreno en el mercado los vehículos menos contaminantes. Por ello creen que Euro 7 «tendrá un impacto marginal en la calidad del aire»

Avisan, por último, de lo que ya apuntaba LD: los vehículos más asequibles dejarán de serlo y afrontarán un fuerte encarecimiento o su desaparición. «Esto llevará a que los consumidores tengan menos opciones donde elegir y mantengan sus viejos vehículos durante más tiempo, con el consiguiente impacto en la calidad del aire».

Aunque desde la asociación no llegan a decirlo, otras voces críticas con la norma hablan abiertamente de que la UE trata de acabar con el motor de combustión «por la puerta de atrás». En Alemania, donde Euro 7 se ha convertido en objeto de debate político, se está hablando de este «golpe» al motor de combustión y dirigentes de las regiones con una industria automovilística potente (Baden-Württemberg, Baviera y Baja Sajonia) han reclamado al canciller, Olaf Scholz, que presione en Bruselas para que la normativa no salga adelante. Alineados con la industria, critican que estos planes supondrán fuertes inversiones que deberían dedicarse al coche eléctrico. Desde el FDP, señalan que este intento adelantado de acabar con el motor de combustión podría acabar con miles de puestos de trabajo.

A la normativa aún le queda un largo camino que recorrer en la UE: fuentes europeas señalan que aún está «en una fase muy inicial». Tras la propuesta de la Comisión el pasado mes de noviembre, ahora está siendo estudiado por la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo y no pasará a pleno hasta otoño de este año. Su aprobación llegaría en primavera de 2024, aproximadamente, poco más de un año antes de su entrada en vigor.