Las estimaciones de cosecha oscilan entre los 43 y 44 millones de hectolitros (entre un 16 y un 19 % más que en 2019), pero son preliminares porque dependiendo del clima podrían variar e incluso ascender a los 45 millones, según el presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias.
La vendimia se extiende por toda España, con buenas previsiones en el campo y medidas de seguridad para los temporeros, pero con perspectivas muy inciertas sobre el destino de la uva por la parálisis de mercados a causa de la covid-19.
Viticultores de todo el país se han incorporado a la campaña, con estimaciones generales de cosecha buenas -salvo excepciones en explotaciones afectadas por hongos-, pero con mucha incertidumbre por la crisis en la hostelería y otros factores como el Brexit o los aranceles de EE.UU..
En Andalucía, la vendimia está avanzada, en Extremadura empieza y en Castilla-La Mancha se están vendimiando las variedades más tempranas -chardonnay o moscatel-, al igual que en la Comunidad Valenciana.
En La Rioja también está comenzando, con algo de adelanto, como sucede en Aragón, Navarra y en Cataluña; la recolección se extenderá hasta septiembre u octubre.
Las estimaciones de cosecha oscilan entre los 43 y 44 millones de hectolitros (entre un 16 y un 19 % más que en 2019), pero son preliminares porque dependiendo del clima podrían variar e incluso ascender a los 45 millones, según el presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias, Ángel Villafranca
EL SECTOR EN ESPAÑA
España es el país con más superficie de viñedo (969.000 hectáreas) y el tercer productor mundial, por detrás de Francia e Italia, de acuerdo con los datos de la Federación Española del Vino (FEV).
Es el primer país exportador vinícola del mundo -en volumen- y el tercero en valor.
Cuenta con 4.300 bodegas, que facturan 6.500 millones de euros, y de ellas, 3.075 exportan; y se cultivan 150 variedades de uva y hay 138 vinos con mención de calidad (Denominación de Origen, indicación geográfica protegida o vino de pago).
INCERTIDUMBRE CON MAYÚSCULAS
El responsable de Cooperativas Agro-Alimentarias afirma que para el sector se abre un “nuevo período de incertidumbre con mayúsculas”, si bien se aplicaron medidas en julio para autorregular la oferta en España, con el apoyo de la Unión Europea (UE).
A su juicio, el escenario es “preocupante”, por las nuevas restricciones a la hostelería o el ocio nocturno, a los que se suman los aranceles de EE.UU. o la sombra de un Brexit sin acuerdo.
Por este motivo, reclama que las medidas extraordinarias se amplíen a la vendimia nueva, la 2020-2021.
LA SEGURIDAD DE LOS TEMPOREROS
Cooperativas, empresarios agrícolas y Denominaciones de Origen han expresado su preocupación por la seguridad de los temporeros y han preparado protocolos y medidas sanitarias, como la toma de temperaturas o el reparto de equipos de protección individual.
El secretario general de Arag-Asaja en La Rioja, Igor Fonseca, explica que en la organización de cuadrilla se intenta que los equipos sean pequeños; si hay algún caso positivo por covid-19 se aplica el aislamiento preventivo y si el temporero no tiene residencia en la autonomía se le proporciona alojamiento.
La Rioja anunció desde el principio de la vendimia la realización de pruebas PCR a los jornaleros, a petición del sector.
El responsable del sector del vino de UPA, Alejandro García-Gascó, resalta que se trata de aplicar las mismas condiciones que las que siguen los trabajadores de cualquier empresa.
Desde COAG, Joaquín Vizcaíno reclama que los precios de la uva que percibe el agricultor cubran los costes de producción esta vendimia, que este año serán superiores.