En una sesión sin apenas cambios significativos en el comienzo de la semana, el Ibex 35 se desmarcó ayer de la tendencia generalizada en las bolsas del Viejo Continente al registrar descensos que rondaron el 1%.
Mientras las principales bolsas europeas están pendientes de mostrar signos de cierta fortaleza que alejen los riesgos de asistir a una consolidación más amplia -para lo cual deben cerrar los huecos que generaron a la baja en la jornada del pasado 24 de julio-, el Ibex se encuentra más preocupado de los soportes de muy corto plazo que encuentra en los 7.050 puntos, a un 0,5% de distancia.
«Es precisamente en esa cota donde la semana pasada se abrió un hueco al alza cuyo cierre sería de todo menos algo alcista para la renta variable española», asegura Joan Cabrero, asesor de Ecotrader. Y es que, tal y como asegura el experto, mientras el índice nacional no bata los 7.385 puntos, no alejará los riesgos de ver una corrección más profunda en próximas semanas hacia los mínimos de abril y mayo en los 6.420 puntos.
Más cerca de conseguir alejar dichos riesgos -a un 2% de distancia de los niveles de cierre del lunes- se encuentra el EuroStoxx 50. El índice continental por excelencia debe batir los 3.371 puntos para alejar temporalmente los riesgos bajistas de ver una consolidación más amplia hacia los mínimos de junio en los 3.055 puntos.
«De lograrlo, se estaría ante una señal de fortaleza a corto plazo que plantearía en próximas semanas un contexto más lateral alcista, que uno lateral bajista hacia los 3.055 puntos», asegura Cabrero quien hace alusión a la necesidad de que en Wall Street el S&P 500 consiga superar los máximos de febrero para dar más empaque a este movimiento.
Y es que, el S&P 500 sigue a corto plazo presionando la zona de importante resistencia que representan los altos que marcó el pasado mes de febrero en torno a los 3.400 puntos. «Su ruptura volvería a situar al S&P 500 en subida libre absoluta, que es la situación técnica más alcista que existe», sentencia Cabrero.