La vacuna, desarrollada por la biotecnológica china CanSino Biologics, ya está siendo usada por miembros del Ejército
Su seguridad y efectividad tendrá que ser confirmada en la fase 3 de ensayos.
China ha aprobado la primera patente de una vacuna contra el coronavirus, aunque todavía se encuentra en la fase 3 de pruebas. Con esta autorización el gobierno de Pekín podrá producirla de forma masiva «en un breve periodo de tiempo”, a la espera de resultados concluyentes sobre su eficacia.
La vacuna, desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, ha recibido la patente de la Oficina Estatal de la Propiedad Intelectual de China (SIPO, por sus siglas en inglés), según ha informado el periódico chino Global Times .
Esta vacuna, que usa un virus debilitado del resfriado común, ya ha sido probada con éxito entre los miembros del Ejército chino que comenzaron a recibirla el pasado mes de junio. La vacuna ha mostrado una “buena respuesta inmunológica en ratones y roedores, y puede inducir al cuerpo a producir una fuerte respuesta inmune celular y humoral en poco tiempo”, según ha informado la compañía Farmacéutica CanSino.
Desde la empresa china explicaron que la concesión de la patente confirma la eficacia y seguridad de la vacuna, y demuestra de manera convincente la propiedad de sus derechos de propiedad intelectual (DPI).
Una investigación publicada en julio en la revista The Lancet publicó que la vacuna de CanSino se ha probado en más de 500 personas como continuación de las primeras pruebas que se publicaron el pasado mayo, también con resultados positivos, pero que se necesitarán más ensayos en humanos en fase III, para confirmar si esta vacuna candidata protege eficazmente contra la infección.
La vacuna de CanSino “puede ser producida en masa en un corto periodo de tiempo” y es “rápida y fácil de preparar”. Su seguridad y efectividad deberá confirmarse en la fase III del ensayo clínico, que acaba de comenzar en Rusia de la mano de la compañía Petrovax, aunque también en Arabia Saudí, y el laboratorio chino se encuentra en negociaciones con otros países latinoamericanos.